sábado, 24 de junio de 2017

Sieeetee caballo quevienenn de Bonanzaaarrlll...


A ver si dejamos de acalorarnos, que tal y como ha terminado la primavera de calentita a lo peor llegamos quemados a septiembre...

Quería haber titulado esta entrada «En vez del graduado escolar tenía una etiqueta de Anís del Mono», pero no me gustan los títulos largos, y como a fin y a cuentas no sé muy bien qué resulta más aterrador en Williams: si el empeño de mi Felipe en perpetuarse ad nauseam en su asiento o el ídem de la escudería de Grove en sustantivar cualquier chorrada que protagoniza Lance —positiva, se entiende—, mantengo el aire chiquiterocalzadeño del texto que he comenzado a escribir, apostando porque todo el mundo entiende de qué va la cosa de «Sieeetee caballo quevienenn de Bonanzaaarrlll...»

Dicho lo cual, que dijo el profeta, que el joven Stroll haya evitado cagarla mencionando ante la prensa la palabra PlayStation no tiene por qué significar que no haya metido horas como un cosaco en la coño consola preparando una prueba como la de Bakú, so pena de que su padre, don Lawrence, le dejara sin paga.

Que sí, que el canadiense ha quedado por delante de Massa y ha marcado el octavo mejor tiempo en clasificación, pero ¡leches!, los tipos de quienes estamos hablando llevan bajo las posaderas una herramienta que en manos de otros daría para morder el culo a los Ferrari de Kimi y Sebastian. Chasis acojonante incluso con ellos al volante. Aerodinámica fetén y una unidad de potencia made in Mercedes-Benz patanegra, que para eso la británica soltó a Bottas en diciembre pasado, si no me fallan las cuentas.

Si con estos mimbres no sale un cesto una vez de cada ocho intentonas, apaga y vámonos, no sé si me entendéis. Con un FW40 lo normal sería quebrar una y otra vez las líneas de Force India, asediar a una Milton Keynes flaca de caballos e intentar meter el diente a una Maranello que juega en territorio enemigo. Pero bueno, nos contentamos, o mejor dicho: hay quien se contenta, con que hagamos como que resulta una hazaña un hecho esencialmente menor. Y lo malo es que de ahí no salimos.

Cuando largó de Grove Pat Symonds dijo que estaba satisfecho. Llegaba Paddy Lowe y el cuadragésimo aniversario de la de Sir Frank sonaba a música celestial. El coche pintaba bien, el intercambio de Valtteri a cuenta de contar con un material de primera sonaba aún mejor, pero llegan estos dos pilotos y el asunto consiste en que estamos en Azerbaiyán y hay que aplaudir que los Williams entren en Q3 y copen el octavo y nono puestos en parrilla, y eso porque esta tarde Ricciardo se las ha tenido que ver tiesas con su RB13...

Antonio (Moratilla), mi compañero en SafetyCast, está que no sabe dónde meterse. Mi Felipe se postula como candidato a repetir asiento en 2018 y Lance... pues eso, que el crío bastante ha hecho con no fostiarse en cualquiera de las innumerables trampas que proponen los recovecos de esta mierda de circuito que acoge el Gran Premio de Azerbaiyán.

Hay quien se contenta con cualquier cosa. Lo asumo y lo respeto, de verdad, pero hay cosas que no son digeribles ni con Alka Seltzer.

Massa y Stroll son la pareja del año, pero no por conseguir un octavo y un nono puestos en la clasificación de hoy, sino por lograr opacar a La Scuderia que consentía que el brasileño corriera para sí mismo y festejaba al paulista por ser un puto manta, con aclamaciones del estilo «eres un auténtico hombre Ferrari.»

Hay sindioses y luego están las cosas de la Fórmula 1. Alabar a Stroll por su octava posición en parrilla para mañana no deja de ser un chiste. Coged lo que digo por dónde os plazca.

¡Sieeetee caballo quevienenn de Bonanzaaarrlll...!

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A lo de puto Manta añadiría grandísimo mediocre con muy mala baba.

Sebastian Vidaurre dijo...

Lo de Stroll ayer en Baku, fue un rayo de suerte. Ya que en condiciones normales el chico quedaba 5 o 6 puestos por debajo del tercero que ganó con ese williams (buena maquina por lo demás), que está en manos de dos patanes. Que sería williams con una pareja ALO / HUL ? o RIC / PER... por nombrar nada mas