jueves, 1 de junio de 2017

Me se aparece Zak Brown


Me produce cierta vergüenza ajena que la peña ande descubriendo a Zak Brown en cada noticia que alaba a Fernando o en cada portada de Autosport que enfatiza los logros del asturiano. Como en el chiste de la esposa que cansada de que su marido llegue siempre tarde le escribe un Post-it que dice «Queda sexo frío en el frigorífico. Caliéntalo un poco, duerme en el sofá y no molestes», hace falta leer este tipo de cosas al menos doce veces antes de pillar la gracia.

Corría 2008 o así, y había por aquí un santuario que se llamaba Efecto Suelo en el que hablábamos de estas cosas y de quién podía estar detrás de cada noticia y qué intención ocultaba cada una de ellas. 

Las cabeceras y sus amos. Hoy es el pan nuestro de cada día pero entonces era cosa de conspiranoicos, de locos, de gente como Juan, Oberon o Jorge, y, por supuesto, del Infierno Verde. Ahí estábamos, todas las noches dispuestos a desbrozar el mundo como quien descubre un nuevo continente, y para hacerlo bien era necesario intuir quién estaba al otro lado de las verdades del barquero.

En fin, siento en el alma que os lo perdiérais, y siento deciros que Zak Brown existía mucho antes de que fichara por McLaren. Obviamente queda saber a quién rendía pleitesía entonces, él o cualquiera de sus homónimos, porque si su mano se entrevé ahora, parece de justicia reconocer que en aquellos días debió entreverse la de quien fuera que fuese, ya me entendéis.

Ésta es una duda que no resolverá nadie, lo reconozco y lo asumo, pero no por ello deja de ser la más pertinente de plantear, y la más llamativa, a pesar de que los moñas y las mojabragas de la verdad absoluta anduviesen a otras cosas y continúen mirando hacia otro lado porque ante todo hay que sobrevivir pareciendo los más rigurosos del mundo. Y es que visto lo visto estos días, a Brown sólo se le ve si lo buscamos, es decir, el californiano es un fenómeno paranormal de quita y pon, no más.

Creo que os lo he contado. Trabajando para Diariomotor (2012/2014) comencé a pillarme la Austosport. A ver, mataba dos pájaros de un tiro. Por un lado estaba al cabo de la calle y por otro, había encontrado un chollo sobre el resto de creadores de contenidos de otros portales porque a jueves de la semana anterior sabía perfectamente de qué se iba a hablar la siguiente.

Estuvo bien la cosa. Yo gozaba de cierta ventaja estratégica, por la antelación y porque como decía antes, estaba acostumbrado a ver el posible collar y la correa que sujetaban la noticia, aunque yo era un conspiranoico, no sé si lo he comentado...

Insinuar que anda Zak Brwon detrás de las actuales alabanzas a Fernando, supone, ni más ni menos, admitir que siempre hay alguien detrás de lo que comemos o bebemos, ahora y en el pasado, por supuesto, y que hoy puede interesar que consumamos Hamilton, Vettel, o Alonso, mismamente, igualito que ayer o anteayer. Por suerte no llamo conspiranoico a nadie, me limito a dar vueltas y vueltas al asunto hasta que con suerte le pillo la gracia.

Nada, que os leo mientras me se aparece Brown en el espejo del baño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y con la tontería de darle un dulce al asturiano, todos salieron ganando. Los patrocinadores disfrutaron de una exposición mediática que no esperaban, Liberty ha tendido puentes hacia un futuro posible, donde los pilotos vuelvan a ser los macho alfa del rebaño...
Cada uno da, lo que recibe. Luego recibe, lo que da. Nada es más claro.

Anónimo dijo...

Amén a lo anterior y a ver si Fernando recolecta algo de lo mucho que da...

Saludos.

Lastra.