domingo, 12 de octubre de 2014

Baga-Biga-Higa


Sobre el trazado de Sochi, había este mediodía al menos un hombre que siente tantas como nosotros de que termine esta temporada. Por respeto a su enorme pundonor, me permitiréis que deje mi opinión personal sobre lo que está acontenciendo para salpimentar con ella estas tres semanas que quedan hasta que lleguemos a Austin.

Hoy sinceramente pienso que no toca. Seguimos montados en un F14-T de Maranello y nos debemos a esa sensación de tranquilidad que insiste en transmitir Fernando. Ferrari es el equipo que ama en estos momentos; Ferrari es también el cuartel donde comparte uvas con su gente, donde se abrazaba en Monza con Luca Cordero y donde hoy, le hemos podido ver compartiendo sonrisas y algo más, con Marco Mattiacci.

Él lo quiere así y así pienso que deberíamos tomárnoslo, a pesar del volumen y violencia del ataque que está sufriendo por parte de algunos medios y un amplio sector de la afición más energúmena, y sospecho que la razón no es otra que como en tantas y tantas cosas de nuestra ajetreada vida, de esta en concreto, sabemos más bien poco a pesar de todo lo que supuestamente ha transcendido.

Separado el polvo del grano, nos queda una carrera más en la que La Scuderia se ha mostrado tan perdida como un pulpo en un garaje, como lamentablemente viene siendo costumbre, y en sus filas, a un tipo que a pesar de los pesares, habría pisado podio de no haber sido por el error sufrido con el gato en el pitstop.

Esa es la diferencia con Kimi y con el resto de pilotos. Ese es Fernando. Junto a Lewis, Daniel y Valtteri, uno de los pocos alicientes que me llevan a tragarme una hora y media de tedio soporífero y a seguir pensando que todavía hay razones para seguir viendo y escribiendo sobre Fórmula 1.

No esperéis a que un sociópata patanegra os diga que por haber trabajado en publicidad os oculto qué es lo que pienso. Sabedlo de mi mano esta noche como tantas veces os lo he confesado: me gusta el Nano precisamente porque en él reconozco los valores que me hicieron acercarme a todo esto cuando usaba pantalones cortos.

No hay misterio. Entiendes de F1 y reconoces qué da vida a ese monoplaza rosso con dorsal número 14, o no tienes ni puta idea.

Os leo.

3 comentarios:

GRING dijo...

El que solo enarbola "datos" sacados de otras informaciones u opiniones se pierde la parte más interesante de esta vida que nos toca vivir, que tiene que ver con las pasiones, las intuiciones, el cuestionamiento a lo que es obvio en apariencia pero que puede tener otras interpretaciones distintas a las oficiales, y posibe y probablemente más cercanas a la verdad verdadera. Crece el mito carrera tras carrera.¿Quieres datos?: La comparación con su compañero de equipo, el por lo visto preferido por parte de la afición rossa, blogeros, periodistas, "periolistos" y parte de la dirección de la Scuderia, no admite dudas cuando atiendes a los números, a los tiempos, a la repercusión mediática pero, sobre todo, a las sensaciones en pista y fuera de ella. La evidencia pura y dura. Esperando acontecimientos ... Un saludo mañanero y festivo

Anónimo dijo...

Que la pifió el mecánico del gato está claro, pero de ahí a decir que por ello no hizo podio Alonso hay un abismo. En el mejor de los casos habría quedado cuarto si hubiera podido adelantar a Button (que no creo) y si Magnussen no le hubiera dado caza. A Bottas ni lo hubiera olido. Alonso mismo, en las declaraciones post-carrera, dejó bien claro que aún sin el problema del pit-stop lo más seguro es que Magnussen le hubiera adelantado. Eso sí, probablemente Ricciardo le hubiera dado alcance más tarde y no le habría tenido ahí pegado tantas vueltas

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días ;)

Gring ;) Yo lo tengo más claro que el agua y me acojo a sagrado: «To really show you're one of the greatest, you have to deliver when you haven't got the best machinery.» [Jackie Stewart] ;)

Anónimo ;) Veo que tú también utilizas «valoraciones». Por desgracia, el problema del gato nos impidió ver quien de los dos tiene razón.

Un abrazote

Jose