Y es que... Barrio Sésamo

Lo siento pero hoy no toca. Es cierto que Seb ha amarrado del todo su cuarto título consecutivo en India, pero el campeonato termina el 24 de noviembre y por tanto, ya habrá tiempo para celebrarlo como Dios manda, que para eso están las normas, los protocolos y esas cosas que les gustan tanto a los ortodoxos que no admiten que se pueda ser buen aficionado a este deporte sin necesidad de rendir absoluta pleitesía a un producto en concreto, o tener la obligación de tragar con todas las imbecilidades que se les pasa por la cabeza a esa panda de impresentables que gobiernan con mano hábil nuestro deporte mientras las gradas de los circuitos siguen vaciándose día sí y día también.

Hoy, por ejemplo, hemos disfrutado de un par de bonitos botones de muestra. Por un lado, Pirelli, empresa que debería haber sido echada a patadas de la Fórmula 1 pero a cambio sigue como proveedora única para el año que viene y más allá, se ha permitido el lujazo de cuestionar a través de nota oficial, que Lotus y Force India se hayan pasado por el forro de los cogieron sus indicaciones para el uso adecuado de sus delicados compuestos. Por otro, la FIA, tan dada a dar palos al agua sólo por llamar la atención, ha sancionado con 25.000 dólares a un chaval que estaba disfrutando de un momento único en su vida, cuando entendiendo (sospecho) que no sólo de abucheos viven los héroes, se ha marcado algunos donuts quemando rueda ante los aficionados que le aclamaban por su victoria en Buddh y en el Mundial.

Pero la jornada todavía nos guardaba una sorpresa más, y es que Adrian Newey, al término de la prueba india, confesaba al canal Sky que el cambio de neumáticos a mitad de temporada había sido el principal factor que había permitido a Red Bull ganar los dos campeonatos (pilotos y marcas, entiendo), con lo que a partir de ya mismo, declaro la guerra unilateralmente a quien se atreva a llamarme conspiranoico por afirmar que la FIA ha manipulado esta sesión 2013 con la ayuda de Pirelli como colaborador necesario, ya que tras los sucesos ocurridos en Silverstone, fue la responsable de servir el mundial en bandeja a la escudería austriaca.

El artículado técnico es meridianamente claro al respecto de los compuestos. «12.6.3 Tyre specifications will be determined by the FIA no later than 1 September of the previous season. Once determined in this way, the specification of the tyres will not be changed during the Championship season without the agreement of all competing teams. Notwithstanding the above, the FIA may decide to change the specification during the Championship season for safety reasons without notice or delay.» [12.6.3 Las características de los neumáticos serán determinadas por la FIA antes del 1 de septiembre de la sesión anterior. Una vez establecidas, las especificaciones no podrán ser cambiadas durante la temporada sin el acuerdo de todos los participantes. No obstante, la FIA puede decidir cambiarlas sin previo aviso durante el transcurso del campeonato por motivos de seguridad.]

Y es que después de Silverstone, la explicación dada por el proveedor único para los cinco reventones ocurridos en la prueba británica, señalaba al cambio de posición de las ruedas como responsable, con lo que su solución pasaba inevitablemente por comenzar a correr a partir de Alemania con cada neumático en el lugar indicado. Y es que Pirelli no había emitido ninguna nota oficial como ha hecho hoy, cuando desde al menos Mónaco, se había comenzado a detectar que había equipos que cambiaban los compuestos de localización. Y es que la milanesa había propuesto antes de Canadá poner a disposición de las escuderías una modificación en sus gomas en aras de resolver los problemas surgidos desde Australia a Bahrein, intentando alcanzar así el necesario consenso al que obliga el reglamento. Y es que la FIA se opuso. Y es que la FIA, tras Silverstone, desatendiendo las razones ofrecidas por la empresa en la que trabaja Paul Hembery y sus propias decisiones [previas], ordenó un cambio radical en las ruedas sin encomendarse a Dios ni al diablo y sin que la competición hubiese llegado a la mitad de su calendario…

Todos sabíamos por aquél entonces a quién beneficiaba un movimiento de tamaño calado y a quién iba a perjudicar aunque sólo algunos nos atrevimos a decirlo en voz alta, pero hoy que lo ha admitido el mismísimo Newey y el asunto de la conspiración parece definitivamente desterrado, conviene que comencemos a señalar a los culpables de que este mundial no valga ni para pipas aunque a Sebastian le haya hecho toda la ilusión del mundo porque se lo ha trabajado como el que más.

Queda todavía un mes para que termine todo y para que podamos celebrar el cuarto entorchado consecutivo de Vettel, entre otras cosas porque Seb se lo merece, pero de momento, más nos vale que comencemos a poner los puntos sobre las íes aunque haya quien se rasgue las vestiduras por ello. Y es que ser crítico y pretender mantener los ojos bien abiertos, también es de buenos aficionados.

Y es que… Barrio Sésamo.

Os leo.

[Publicado en Diariomotor]