martes, 1 de octubre de 2013

Inception


Disculpadme por este intervalo de tiempo en que me he ido literalmente a otra parte por algo de cansancio físico, por una pizca más de obligaciones, y por un mucho de necesidad de cambiar de aires.

En estos días he visto la Fórmula 1 de lejos pero he continuado rozándola, una manera como otra cualquiera de tomar un poco de distancia con una temporada que se me atragantó desde el minuto 1, cuando Paul Hembery cargó sus exclusivas responsabilidades sobre dos circuitos, Jerez y Montmeló, que según su contrastada sabiduría deberían ser erradicados del campo de batalla a más tardar en la sesión próxima, ya que no ofrecían las condiciones idóneas para que sus productos demostraran sus inigualables características.

Durante este receso he visto Fórmula 1 recreándome en los tiempos que todavía recuerdo, he charlado con amigos como Carlos (Perdi) sobre las bondades de Lewis Hamilton y esa peculiaridad tan suya de no darse jamás por vencido. Él ha sido navegante y aprovechando la reciente celebración de la Copa del América, me ha puesto al día sobre esa ecuación que se resuelve sobre el mar reduciendo el barco a una nada que vuela en la actualidad sobre el campo de regatas a 40 nudos como si fuesen planeadoras impulsadas por cuatro motores de 500 caballos de potencia.

Entre velas que aprovechan ahora la experiencia de décadas de exploración sobre la cristalización y flexibilidad de la fibra de carbono, y timones y orzas, por supuesto, me he dado un baño de lejanía en el que poco a poco he comenzado a sentir de nuevo las ganas de acercarme.

Por suerte, en mi ausencia, ha habido quien lejos de aquí ha querido saber tras 8 meses largos de mirar para otro lado. 

Dos lágrimas son demasiado mundo para un universo tan acotado como el que propone el reglamento FIA y cabía hacerse muchas preguntas tras lo sucedido en Singapur, pero Marina Bay es historia y en nada nos ponemos en el patatal de Yeongam para comenzar a disputar el último tercio de esta temporada que repito, aún no está enterrada.

Os leo.

9 comentarios:

Aficionando dijo...

Las sospechas sobre un posible control de tracción en el monoplaza de la bebida de los pastilleros empieza a ser un clamor.

Anónimo dijo...

Buenos días,

Algunos se inclinan más por mapeado de motor que vaya "soplando".

De ahí el sonido tan peculiar.

Un saludo,

Toni Baños

Anónimo dijo...

Con un poco de suerte y sin safety car que lo remedie, esperemos que el alemán volador consiga doblar hasta al segundo cosa de la que no pudimos disfrutar en Singapur.

King Crimson

Interlagos dijo...

Pues sí, King, es evidente que Alonso, Raikkonen o Hamilton son unos pilotuchos que corren en F1 de regalo y dando gracias.

Ya en serio, sólo hay dos posibilidades: como dice Jose, y con una reglamentación que ya está en sus últimos coletazos, Adrian Newey ha vuelto a sacarse algo espectacular que hace volar sólo al coche nº 1. La cuestión es: ¿es legal o es ilegal?

Y no hay más!

Un abrazo!

GRING dijo...

Don Pedro Rodriguez.1970 Austria.BRM P153. Dime que sí, por favor,que ando ya medio loco buscando.
¿Sabías que un tal Helmut Marko corrió con uno como ese en 1971 con el número 16?. Un saludo

Aficionando dijo...

Hablando hace poco con un amigo sobre el carisma de los pilotos de la fórmula 1 actual llegamos a la conclusión de que son pocos los pilotos que tengan carisma. Con los dedos de una mano y sobran dedos: Kimi, Hamilton, Alonso y no se me ocurren más... Button... Mmm. Button no tiene carisma, tiene a Michibata. Resulta curioso que Button ni siquiera aparezca en un listado de los tres o cuatro mejores pilotos de fórmula 1, teniendo en cuenta que forma parte, con los tres citados y Vettel, del selecto grupo de campeones del mundo en activo.
Conforme pasa el tiempo se van viendo sus carencias y somos conscientes, por lo menos yo, de que la copa de campeón que debe adorar en su casa fue una copa inmerecida. Button, por una vez en su vida, tuvo la suerte de estar en el sitio justo en el momento adecuado. Y de que le dieran un monoplaza con más trampas que Fabra y Bárcenas juntos.
Los tres citados y Vettel son capaces de ganar otro mundial en cuanto tengan oportunidad, pero estoy seguro de que Button jamás volverá a ganar (sin ventaja).

Anónimo dijo...

...tiene a Michibata. ¿te parece poco? Ya quisiera ese botín para mí. Imagina a papá Button, viendo a la muchacha dormitando desprotegida y tranquilamente en el sofá. :)

King Crimson

Anónimo dijo...

Pero que importa el carisma, lo que importa a cada piloto es ganar así sea odioso a los demás.
No creo que esos tipos 100% competitivos querrán ser recordados como míster carisma en lugar de campeón del mundo. Cuanto mas campeonatos mejor para ellos.
Por lo pronto a esperar el 2014, y que Ferrari y McLaren con el gran presupuesto que manejan puedan plantar pelea a los azules y a Mercedes que traerá un motor muy bueno.

Saludos
SFNilton

GRING dijo...

SFNilton: Pero en la historia de la F1 hay muchos pilotos con menos títulos o con ninguno que serán recordados para siempre como muy grandes. Y Button se quedará en el limbo (yo le envidio mucho,de cualquier manera, aunque no fuera campeón del mundo).¿Te imaginas que, por ejemplo, la historia nos mostrara a Lewis y a Jenson con un título cada uno, ganados ambos de aquella manera, aunque el del segundo de una manera más aquella?.El tratamiento histórico será completamente distinto.Un saludo