miércoles, 21 de julio de 2010

¿Estamos tontos, o qué?


Comunmente se acepta que la introducción de los alerones en el mundo de la competición de automóviles, tal y como los conocemos, se debió a la particular visión del suizo Michael May, quien colocó uno generoso de dimensiones y elevado sobre la parte central de un Porsche 550A/RS Spyder como el de la imagen de entrada, convenientemente alejado de las turbulencias creadas por la carrocería del vehículo por dos soportes verticales, con la intención de hacerlo correr en la prueba de los 1.000 Kilómetros de Nürburgring de 1956, cosa que no consiguió por las quejas que originó el invento entre los participantes más importantes del evento, toda vez que en calificación se había demostrado su eficacia.

Desconozco si el ingeniero y piloto helvético patentó su artilugio o si solicitó el pertinente copyright, pero lo cierto es que su intentona ha supuesto una de las revoluciones más importantes que ha sufrido el automovilismo deportivo, que aunque se implantaría años más tarde en la F1, ahora es parte imprescindible de ella.

Dicho esto, básicamente, en cuanto a coches se refiere, un alerón es una superficie que genera una sustentación negativa (downforce) que aprieta el vehículo contra el suelo cuando rueda, haciendo uso del mismo principio que utilizan las alas de los aviones para elevarlos, aunque en sentido contrario, obviamente, pero pretendiendo ofrecer siempre la menor cantidad de resistencia posible al aire (drag), de manera que con el paso de los años ha visto modificado su aspecto para optimizar su rendimiento ajustándose a las sucesivas necesidades que iban surgiendo. Así, los primeros alerones de finales de los 60 del siglo pasado, simples alas invertidas, fueron dejando paso a configuraciones más complejas, hasta resultar irreconocibles al respecto de sus humildes orígenes, durante buena parte de la década que ya estamos dejando atrás.


Llegados a este punto, conviene recordar que la FIA tomó la decisión en 2008 de articular una nueva normativa técnica, que comenzó a aplicarse en 2009 con la intención de permitir los adelantamientos, pues la evolución de la aerodinámica aplicada a los monoplazas los había hecho casi imposibles de realizar (¡eso decían!), y para ahorrar, como siempre, pues los costes de investigación y desarrollo se habían disparado (¡eso también decían!). A tal fin, limpió las carrocerías de cachivaches y redujo el tamaño del alerón posterior, ampliando el del anterior, elevando el trasero y adelantándolo sobre su posición con respecto a las ruedas, y como los difusores también tenían su buena cuota de culpa en aquel catastrófico escenario que se pretendía abandonar, también se redujeron sus dimensiones intentando paliar así su por entonces nefasta influencia…

Pero llega el comienzo de la temporada pasada y Whiting acepta como legales los dobles difusores que Toyota, Brawn y Williams han propuesto, y se desencadena una carrera frenética por parte de sus rivales para hacerse con el secreto y utilizarlo, pero como también anda por ahí Newey con un difusor térmico que el reglamento permite porque como el anterior y el anterior, éste también está lleno de agujeros negros, todo acaba afectando a la configuración y diseño de los alerones, ¡cómo no! Y amanece 2010 con los dobles difusores ya implementados en toda la parrilla, ahora además térmicos, y Whiting, de nuevo, acepta como legal el F-Duct de McLaren, que no es otra cosa que un ardid para ir tan rápido como en 2008, lo que a su vez ha desencadenado otra carrera de armamento y costes disparados.

¿En serio que esta gente piensa en términos razonables de ahorro? ¿No sería más sencillo ahorrar quitando a Charlie Whiting de en medio? ¿Tanto cuestan los servicios de un tipo que sepa lo que lleva entre manos? ¿No sería más lógico establecer un reglamento técnico cuyo espíritu y letra coincidan por primera vez en la historia? ¿Estamos tontos, o qué?

7 comentarios:

J-CAR dijo...

¡Plas, plas, plas, plas…! Oreja y vuelta al ruedo.
El pirata Robert Jenkins se presentó en 1738 ante la Cámara de los Comunes para declarar que el capitán español Julio León Fadiño apresó su barco y le cortó una oreja, que llevaba en la mano como prueba, diciéndole: “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. Este fue el comienzo de la “Guerra de la oreja de Jenkins”.
No digo que vayamos cortando orejas pero como metáfora no está mal. Algo así debió ser el mensaje tras el Consejo Mundial que vio la reclamación por el doble difusor. En cambio a este hijo bastardo de la reina Bernarda se le dejó escapar entero y ello no frenó una guerra inevitable. Fueron directamente a por el rey y, tras el armisticio y la sucesión, este pirata continua campando a sus anchas.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!

Lunática Lola dijo...

Desde luego, no se podría decir mejor: ¿ESTAMOS TONTOS O QUÉ?

Yo respondería directamente que efectivamente o estamos tontos o se acerca mucho a ello, porque hasta el que no entiende mucho (como yo) se puede dar cuenta de que todas esas supuestas medidas de ahorro no iban a funcionar y que iban a tener el efecto contrario. Y, una vez visto y comprobado esto, ¿no es de ser aún más tontos si nos empecinamos en continuar con lo mismo?

En fin, que sí, que debemos estar aún más que tontos, ¿se enterarán algún día? No lo creo

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas noches.

J-Car ;) XDDDDDDD La metáfora es cojonuda XDDDDDDD Y a Charlie hay que quitarlo de enmedio... ¿Lo ha oído usted, Sr. Gracia? XDDDDD

Lola ;) Lucharemos para que se enteren ;)

Un abrazote

Jose

silf1 dijo...

es cierto.. tanta cosa con la reduccion de costos y no llegaron a nada,. ese reglamento lo hacen como para que la gente lo interprete como quiera, y si a la FIA le conviene lo acepta, si no no, aunque sea una razón legal.. es un desastre esto.. saludos!!

winarthez dijo...

Lo que yo sigo sin entender es como la FOTA permite que les puteen año sí y año también. Como reza el dicho: si alguien te engaña una vez, es culpa de el que te engaña. Si alguien te engaña por segunda vez, es culpa tuya. Pues eso, que se apliquen el cuento porque si la FIA es un cochondeo, la FOTA todavía lo es más. ¿Tan cogidos por los webs los tiene Bernie?
Saludos

Tadeo dijo...

Buenas tardes

Y siguiendo con el razonamiento del compañero, en cuanto las marcas se le subieron a la chepa, Bernie se cargó a Honda y a Toyota forzando los límites presupuestarios.

Si van tiesos y me plantan cara, fuera que siempre hay gente más manejable que quiere entrar. Me saco de la manga tres equipos nuevos, y las marcas empiezan a abandonar por desencanto, BMW, Renault.

Lo importante es que al final el control lo llevo yo, Tio Bernie, y todos vosotros no sois mas que la comparsa del capitán moro o del cristiano. Suena "Paquito el Chololatero", y todos a levantar la espada como buenos subalternos.

¿Y Charlie? pues lo sigo viendo salido de madre, era el jefe de mecánicos de Braham, y siempre ha sido el criado de Bernie. Por eso no me cuadran las cosas de este año.

Saludos

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes.

SilF1 ;) En cierto modo es un método muy anglosajón: dejar que la aplicación cree la jurisprudencia, pero para eso hacen falta auténticos jueces y no mecánicos elevados a jueces, no sé si me explico :P

Winarthez ;) El puñetero dinero, compañero, porque de otra forma todo este sarao no resultaría tan indigesto, incomprensible y cansino XDDDDDDD

Tadeo ;) Ahí le damos, y en el hígado, y es que mientras siga Bernie poca tela vamos a cortar :P Y en cuanto a Charlie, voto porque tengas razón en lo que dijiste a cuenta de que Todt ya le había enseñado la puerta. Mal que bien, nos queda poco tormento :P

Un abrazote y perdonad la tardanza en contestar ;)

Jose