El Grand Prix of Toronto comenzaba con Colton Herta en posición de pole y Álex Palou arrancando desde donde Brian perdió su sandalia, vigésimo segundo, concretamente, debido a un problema habido en clasificación que hizo soñar a los atreviditos con que Chip Ganassi había tomado algún tipo de venganza sobre el español por su ocurrencia de firmar con McLaren [Lío en la oficina].
El susto pasó rápido, qué os voy a contar. En cuando bajó la bandera de inicio se pudo comprobar que tanto el piloto barcelonés como su monoplaza se habían juramentado a no perder chance en la lucha por la cabeza de la NTT Indycar Series, pero mejor no adelantamos acontecimientos.
En otro orden de cosas, Palou firmó una estupenda salida que lo puso décimo sexto al término de las dos vueltas iniciales. Su Team, sí, el de la vendetta, le hizo entrar a cambiar a gomas duras finalizando el giro 9 para jugar a estrategia cambiada el resto de la carrera, lo que permitió al catalán ser duodécimo cuando el grueso de la parrilla salía de pits.
La prueba venía siendo un remanso de paz pero la cosa se enredó a partir del cerrojazo de Felix Rosenqvist a Alexander Rossi en la 44. Dirección de Carrera decretaba la segunda amarilla de la jornada y el barcelonés aprovechaba la coyuntura para auparse a la novena plaza dado que Penske no anduvo rápido con Newgarden y sacrificó sus opciones en boxes, y porque al poco del reinicio saltaba el tercer caution por desprendimiento de una zona del pavimento.
El consiguiente ahorro de combustible que proporcionó la consecución de dos amarillas dio alas al 10 de Ganassi, que se lanzó a por su compañero Marcus Ericsson en cuanto ondeó la bandera verde. Faltaba entonces poco más de un tercio de carrera y la lucha entre el sueco y el español iba a poner pimienta a una cita que arriba del todo parecía un cuento de habas contadas: Dixon seguido de Herta, pero gestionando su ventaja con comodidad. El cuarto y último caution del día —Kyle Kirkwood se llevaba puesto a Jimmie Johnson y era descalificado por ello—, sólo supuso una breve tregua en las beligerancias de las que saldría airoso el de Kumla veinticinco vueltas después. Palou, obteniendo la sexta plaza, se conformaba con enjugar un fin de semana que horas antes pintaba bastante mal.
Scott Dixon, Colton Herta y Felix Rosenqvist, y por este orden, veían la bandera de llegada con Graham Rahal firmando una sabrosa cuarta posición. Como decíamos, Ericsson acababa quinto y Palou sexto.
Os leo.
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