lunes, 18 de julio de 2022

Olvidad sus nombres

El deporte vive con insoportable autocomplacencia su perenne crisis de identidad, y digo «perenne» porque a la vuelta de la esquina Nürbu cumple 15 años, que se dice pronto —echo la vista atrás y da la sensación de que nada ha cambiado—, y digo «crisis» por no llamarla otra cosa, que nos entendemos.

Mis primeras coplillas fueron dedicadas a una actividad que decía buscar el espectáculo mientras insistía en dar el cante con perseverancia numantina. ¿Cómo íbamos a pillar el bendito espectáculo si nunca fue una prioridad? El conejo blanco ni se molestaba en correr delante de Alicia, no hacía falta, le bastaba señalar el camino y solicitar a la chiquilla que sudara e hiciera pierna por él.

También comencé a gastar tinta y saliva intentado que comprendiéramos al piloto que aseguraba haber aportado 6 décimas al MP4/22 de Woking. 
 
En mis tiempos mozos resultaba normal reconocer este tipo de méritos, parecía razonable seguir haciéndolo en 2007, pero el viento ya había variado de dirección, la prensa especialista nos tomaba por bobos y nosotros respondimos al halago chupándonos el dedo y afirmando dócilmente con la cabeza, y así durante más de una década, y lo que te rondaré, morena...

Bottas, sí, Valtteri. Mercedes AMG ha precisado de la FIA que corte las alas a Red Bull y Ferrari porque el W13 adolece todavía de inmadurez competitiva, y mientras los Alfa Romeo vuelan —para lo que venían siendo los cacharrillos de Hinwil de unos años a esta parte—, hay quien prefiere seguir obviando cómodamente a los conductores especiales que dan y quitan décimas como por arte de magia.

Os leo.

1 comentario:

Erathor dijo...

Que habría sido de Jaimito sin Alo, Ros o But... Nunca lo sabremos.