miércoles, 6 de julio de 2022

Las siete vidas de Zhou

Iba a mencionar a Bruno Munari y la relación de interdependencia que se establece entre las diferentes formas que resuelven un mismo objeto y lo dotan de una función concreta, pero el atardeder luce realmente precioso sobre la vertical de Gorliz, me noto mayor para librar según qué batallas, y, ¡qué carajo!, por qué no sumarme a la enésima exaltación pública del Halo si Zhou se encuentra bien, que es a fin y a cuentas lo que realmente importa.

El viaje del Alfa Romeo por pavimento y grava (hasta las protecciones) fue escalofriante, no se puede decir de otra manera, y aunque el piloto chino acabó con bien, la FIA debería revisar el esquema de las soluciones externas de la célula de seguridad, no sólo la integridad del triángulo antivuelco, que también, porque no sabíamos qué le sucede a un monoplaza cuando se arrastra sin control apoyado únicamente en dos puntos, y ahora conocemos que podía haber sido peor el remedio que la enfermedad, pues las barreras no pudieron cumplir su labor y, detrás, a Guanyu lo esperaba una auténtica trampa para osos.

Os leo.

2 comentarios:

pocascanas dijo...

Cuasi grotesco.
Resulta que cabe un Fórmula 1 "de canto" entre las protecciones y la malla trasera.
Ahora parecen obvias ciertas cosas inimaginables hasta hace un rato, como el hecho de que la grava sirve para interactuar con los neumáticos pero no para el HALO y la barra antivuelco...
La primera situación se podría evitar adelantando la malla para fijarla al guardrail, de la segunda no sé, quizás haciendo más gruesa la capa de grava, podría ser.
Este tipo de sutuaciones es la única verdadera razón por la que tolero a estos transatlánticos de cinco metros y no añoro tanto los "pequeños" bólidos de los '80.

Saludos desde el Coño Sur



Anónimo dijo...

Pues a mi me pasa lo contrario. Sin ser un experto, me parece que parte del problema es el peso de estos "transatlánticos". Mayores inercias, más difíciles de detener en el momento que pierden apoyo aerodinámico o efecto suelo.
Me pregunto si la rotura del triangulo antivuelco de Zhou o más bien su "limado" les ha pillado por sorpresa a los encargados de seguridad de la FIA.
Mi sensación con estos coches es que cuando ocurre un golpe o accidente, si no chocan contra nada, siguen y siguen y siguen sin parar. Y si chocan contra algo duro como Sainz y Ocon en Miami, o Alonso en Melbourne, se hacen más daño que nunca.