martes, 17 de noviembre de 2020

El retorno


A mí no me miréis. Antes de tomarme unos días de descanso dejé escrito que la actitud de Sebastian había cambiado definitivamente en Emilia-Romagna [Ya era hora...], y su actuación en Turquía ha venido a reforzar mis sensaciones. 
 
Lo he escrito muchas veces esta temporada: en el coche número 5 faltaba el piloto y sobraban excusas, hombros encogidos y preguntas al aire, y ha bastado que el alemán quiera dejar un buen sabor de boca de su paso por Ferrari para que se hayan mitigado los problemas atribuibles al SF1000, quizá porque en el habitáculo hay ahora un hombre comprometido a sacarle astillas. Y es que Charles Leclerc sigue estando donde ha estado casi toda la campaña, aunque por fin tiene un hueso duro de roer como compañero, circunstancia que ya le iba viniendo bien a la rossa, y a nosotros, claro.

Desgraciadamente, este cambio llega tarde pero ha llegado, que es lo importante a mi modo de ver. Quedan tres pruebas por delante y la italiana puede (¡debe!) recuperar terreno en la montonera, para lo cual, tambén sería deseable que espabilara un poco en garajes. Por fin tenemos dos pilotos con ganas sobre el asfalto y, a estas alturas de la película, independientemente de quién se queda y quién se va, sería de agradecer que La Scuderia nos devuelva la que nos debe a los tifosi, mostrando garra y comportándose como se espera de ella.

Sin el pit stop de juzgado de guardia que le metieron a Seb es posible que incluso nos hubiéramos ahorrado la monumental cagada de Charles, facilitando que, para los sufridos seguidores de la mítica, el mundo fuese un poquito más bonito a estas horas.

Forza! Os leo.

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