sábado, 14 de noviembre de 2020

Cien gaviotas

Los V8 de 2011 arrojaban unos 820 caballos contando el aporte puntual del KERS, hoy las modernas unidades de potencia superan los 1.000 (la de Mercedes-Benz fijo que sí). 2011 fue el último año de Turquía en Fórmula 1, y Sebastian Vettel clavó las agujas del cronómetro en 1'25''049 en Istanbul Park, durante la clasificación; esta tarde, Lance Stroll ha conseguido establecer el tiempo de pole en 1'47''765 en el mismo trazado, más de 22 segundos más lento. 

Las condiciones no han sido iguales, obviamente, pero por esas cosas que tiene nuestro deporte, lo que hasta anteayer era una cuestión de equipo y de coche, hace unas horas se ha tornado una cuestión de manos, seguramente porque suena apetitoso empezar a creer en quien será el verdugo de Sebastian Vettel en Aston Martin.

Se mire como se mire, 22 segundos y 7 décimas son mucha distancia como para establecer comparaciones, pero da un poco igual cuando de lo que se trata es de comulgar con que apunta a astro un piloto que no fue oposición a mi Felipe con el último Williams que merecía ese nombre, que en su vida profesional sólo ha sido capaz de superar a Sergéi Sirotkin, para ser recurrentemente pasado por la piedra por el tipo que abandonará Racing Point a finales de año, y ello contando con que Checo estuvo fuera de combate por coronavirus una jornada más que el de Montreal.

He leído por ahí algo sobre «los haters de Stroll que andarán rabiando» y se me ha puesto cuerpo chubarra, amén de lamentar que haya tanto gilipollas suelto con derecho a Twitter y micrófono. El crío lleva un Mercedes de concesionario bajo el culo. Si fuese cuestión de manos se habría puesto a menos de 10 segundos de la pole de Vettel en 2011 —más potencia, neumáticos más grandes, mayor tracción y gobierno, mejor coche, etcétera—, de forma que entiendo que han pasado muchas más cosas a la hora de consagrar la efeméride del canadiense, pero bien está que andemos a estas horas alabando la savia nueva que nos propone el hijo del jefe.

Me alegro por Lance, por si alguien alberga algún tipo de dudas, pero no me vengáis con milagros, manos ni cuentos. Con buena picha bien se folla, y en pleno debate sobre si con el monoplaza de Hamilton muchos podrían (Verstappen dixit), Stroll no deja de ser una de las razones por las que la Fórmula 1 difícilmente podrá caer más bajo. Antaño llamábamos a estas cosas suerte o carambola, pero hoy, lo políticamente correcto dicta que hablemos de otra manera en público. No hay nada de eso, donde ayer había labor de equipo y vehículo, hoy Lance Stroll nos ha mostrado que todavía hay espacio para las personalidades genuinas al volante y ya tal.

Os leo.

2 comentarios:

Josemi dijo...

Dejando al lado esta sorpresa, que gris ha estado hoy Hamilton!! Sin correr peligro, pero nunca ha estado cerca de la cabeza ¿está en huelga de celo?

Anónimo dijo...

Dos en la diana Maese. Vettel ha vuelto y Stroll todavía necesita más tiempo de fuego.

No nos dejes ;)