lunes, 23 de noviembre de 2020

1913, en Guadarrama

Como mencionaba el otro día [Los hijos de Lobato], tenemos historia automovilística para parar un carro y, también, un gigantesco complejo de inferioridad que nos ha llevado a rechazar lo que en otros sitios han dado como bueno sin tantos miramientos, o sin ninguno. Luego están los críos de la nueva oleada y los gurús que son más papistas que el papa y, en definitiva, aquí somos los primeros a la hora de echarnos tierra encima, eso sí, muy escrupulosamente.

Todos los orígenes de las competiciones en las que intervienen máquinas suelen ser difusos, vaya por delante. En lo nuestro, los coches, datan de comienzos del siglo XX los primeros estándares que establecían qué era un Grand Prix y qué no, cuando en 1904 la AIACR (Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus, más tarde FIA) asienta pautas de homologación internacional para este tipo de carreras —huelga decir que si hacía falta homologar era porque ya existían diferentes tipos de competiciones en toda Europa y se hacía preciso establecer un poco de orden.

En España nos incorporamos pronto a esta vorágine. En 1899, concretamente el 10 de diciembre, el diario Los Deportes organiza en Barcelona la que se considera nuestra primera prueba para vehículos propulsados a motor de explosión, que ganó un La Cuadra nacional de 4'5 cv conducido por Herman Stahel, director de ventas de la marca catalana. 

Tan sólo unos pocos años después nace el Real Automóvil Club de España (1903) con la noble tarea de fomentar el uso de los modernos cacharros, esbozar criterios para la circulación y la seguridad vial, y regular el ámbito sportive, lo que dará lugar en 1913 a que, por iniciativa de Alfonso XIII, se celebre en la sierra de Guadarrama el Gran Premio del RACE, que durante mucho tiempo se ha conocido como el I Gran Premio de España aunque no lo fuese ni por denominación ni por estándares deportivos, ya que no participaban exclusivamente coches de Grand Prix.

La carrera se desarrolló a tres vueltas sobre una cuerda de 103 kilómetros con inicio y final en los aledaños del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, que discurría entre las provincias de Segovia y Madrid pasando por el puerto de Navacerrada, Cercedilla, Collado Villalba, puerto de Guadarrama, Guadarrama localidad, puerto de Pasapán (Otero de Herreros), Los Ángeles de San Rafael, Revenga y la propia Segovia capital.

Tomaron parte los 16 vehículos incritos, de los que sólo lograron finalizar 11 después de completar los 309 kilómetros propuestos. Venció Carlos de Salamanca sobre un soberbio Rolls-Royce 40/50 HP de 40cv con un tiempo de 3 horas, 34 minutos, 11 segundos y 6 décimas. A casi tres minutos atravesaba la meta el Marqués de Aulencia conduciendo un Lorraine Dietrich 12 HP Torpedo, y en tercer lugar, algo más distanciado, lo hacía G. E. Plattford sobre otro flamante Rolls-Royce 40/50 HP.

Os leo. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que alguna vez se ha hablado aquí, pero que decir del circuito de Lasarte, a mi me contó mi aitona (abuelo), como iban de crios a ver las carreras de Grand Prix, las hubo desde 1923 hasta 1935, con participantes como, Rudolf Caracciola, Hans Stuck, Bernd Rosemeyer, Achille Varzi el recordman del circuito con vuelta rápida en 173,8 km/h, y anduvieron por aquí también gentes como Ferdinand Porsche (entonces ingeniero de Auto Unión) o el mismo Ettore Bugatti. Estando presentes las mejores marcas, Delage, Mercedes-Benz, Bugatti, Maserati, Alfa Romeo o Hispano-Suiza...
Más de uno, haría mejor en documentarse antes de abrir la boca.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas noches ;)

Hablaremos de Lasarte, hoy hemos estrenado la etiqueta #GPEspaña. Tenemos historia para rato

Abrazote ;)

Jose

Anónimo dijo...

Pues que alegria me das.

Un fuerte abrazo y gracias por el blog y el trabajo que te tomas.