sábado, 14 de noviembre de 2020

¿Lo llamamos lotería?

Con unos coches que parecen transatlánticos puede suceder cualquier cosa en una pista en desuso para la Fórmula 1 desde 2011, recién asfaltada y con previsión de lluvia en clasificación, con una Pirelli como telón de fondo, que no sabe a estas horas dónde meterse porque no conocía lo del reasfaltado, porque las condiciones de agua y baja temperatura no suelen sentarle bien a su producto, y que, para más bemoles, prefirió mostrarse conservadora en su retorno a Istanbul Park eligiendo los compuestos más duros de su gama. Todo muy científico, la madre que nos parió.

¿Qué puede fallar? Nada, el espectáculo está por encima de estas minucias. Tocaba rellenar el calendario e ir sumando pruebas y es exactamente lo que estamos haciendo en este raro 2020. Lo de la competición, ya si eso, lo dejamos para otro día; nuestra disciplina es el pináculo del motorsport y sonaría inoportuno afirmar que el Gran Premio de Turquía huele a lotería en sus primeros compases. No voy a cometer ese pecado, hoy no.

Os leo.

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