jueves, 12 de noviembre de 2020

¿Dónde queda Senna?


Yo también sufrí de adolescencia aunque, gracias a Dios, en la época en que me tocó pasarla no había redes sociales y las cartas de amor se escribían a mano y los odios y las venganzas se guardaban en un cajón por impracticables. La vacuna entonces era la paciencia, y el premio: hacerse adulto cuanto antes.
 
No me preocupa tanto que estemos en manos de auténticos críos como la facilidad con que muchos mayores rinden sus picas a la chavalería ligera, y no se me ofendan los de poca edad, la saeta va dirigida a los que han renunciado a madurar, tengan los años que tengan, y, por supuesto, a los que siguen creyendo que la savia nueva nos salvará por llevar en su segunda sílaba una uve en vez de una be.
 
Ayrton Senna es el mejor ejemplo de cómo perdemos terreno mientras imaginamos que avanzamos. 
 
A la hora de completar el cuadro faltaría, evidentemente, Rocío Jurado y su «se nos rompió el amor de tanto usarlo...», pero lo cierto es que con el astro brasileño hemos cometido ese pecado y muchos otros. Lo hemos reducido a los días colindantes a cualquier 1 de mayo, a un puñado de frases, la mayoría descontextualizadas, a escenas en cámara lenta y a poder ser con música de fondo, a un recuerdo cada vez más vago, apenas consistente en etapas como la de hoy en día en las que la urgencia nos obliga al inevitable enfrentamiento Lewis Hamilton vs. Michael Schumacher. El británico en una esquina del cuadrilátero, 73 kilos de peso. El alemán en el ángulo contrario, malhadado pero con los guantes todavía puestos porque así lo exige el guión...

Más citas por temporada, más puntos por plaza ocupada, más luces y ruido por éxito cosechado, por récord roto. Al menos el Kaiser derramó lágrimas cuando consiguió el mismo número de victorias que el paulista. En la actualidad todo es más light. Sin grasa y cero azúcares añadidos, envasado al vacío, listo para servir cuando toque, que no sé yo si tocará de nuevo antes del próximo inicio del mes de mayo. 
 
Senna no es el mismo que conocimos, ahora simplemente protagoniza vídeos y rellena huecos en conversaciones que tratan de justificar que el hoy se parece a un ayer que jamás volverá, donde el milagrero «matemáticamente hablando» tiene capacidad para nublarnos la vista y el criterio, y hacer que lo que sucede en pista ya no sea tan importante.

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"... la savia nueva nos salvará por llevar en su segunda sílaba una uve en vez de una be.
Que bueno... lo malo es que a quién va dirigido no tiene la suficiente capacidad intelectual como para comprenderlo.

Los que te leen habitualmente te echábamos de menos.

Anónimo dijo...

Bueno, aún queda gente a la que se le ha quedado grabada la imagen de Hamilton en patinete corriendo para llorarle a los comisarios por una sanción de libro mientras que recuerda a Senna probando un NSX con mocasines.

Un saludo
Sr. Polyphenol

Anónimo dijo...

Fíjate si han cambiado los tiempos, que prácticamente toda la carrera de Senna en F1, estuvo patrocinado por marcas de tabaco: John Player Special, Camel, Marlboro y Rothmans.