Confieso que no me atrae nada esto de vivir en un sinvivir por lo que suceda con la tercera plaza del Mundial de Constructores, es más, salvando las distancias, todo esto me recuerda los versos de Santa Teresa de Jesús «Vivo sin vivir en mí, / y tan alta vida espero, / que muero porque no muero...», que al final igual es lo que pasa: estamos tan hasta las avellanitas de que 2020 no eche el telón definitivamente, que la prolongación de la agonía nos ha hecho perder el juicio.
Podíamos encontrar solaz regodeándonos en la circunstancia de que Red Bull va a quedar a tomar por el saco de Mercedes AMG, de nuevo, en una competencia que lleva buscando la igualdad y el espectáculo desde que Brian nació en Judea. Entiendo que esta actitud resultaría desconsiderada y desapasionada con nuestro deporte, pero Brackley dobla la puntuación obtenida por Milton Keynes, la segunda clasificada, y esto es un hecho contrastado, y asumiendo lo complicado que les resulta a nuestra prensa, los gurús y sus zagales, analizar la realidad y poner los puntos sobre las íes, asumo que por hablar de algo, porque de algo hay que hablar, nos animen a sentir orgasmos ante lo que puede suceder con la tercera posición del Mundial de Marcas por aquello del wooow! y el ¡hosti, tú!
El aliento de nuestra disciplina huele raro... Os leo.
1 comentario:
De algo hay que hablar Maestro y si el campeonato está decidido en marcas y pilotos y ya no hay nada en juego entre los dos primeros equipos, pues es que solo nos queda afilar el colmillo con pequeñeces como ver a Max desbancar a Valtteri, o paladear con fruición no exenta de maldad la más que posible victoria de McLaren sobre el Merche-rosa-chicle de papá Stroll... Es que semos un poco pellejos, qué se le va a hacer ;)))
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