martes, 13 de agosto de 2019

The American Dream


Apenas un año y un mes después de que Zak Brown nos metiera entre la camiseta y la espalda una cubitera rebosante de hielo, resulta que los agoreros se han estado pasando constantemente de frenada y «el californiano» sabe bastante bien qué terreno pisa y lleva a McLaren por él sin prisas pero con paso firme —sí, ya sé que el gatillazo en la Indy 500 de este año permanece todavía en el debe, pero bien mirado incluso ha podido venirnos bien a todos al ayudar a acelerar los procesos. 

En estos trece meses escasos la de Woking ha reorganizado y reforzado sus líneas, se está consolidando como cuarto equipo en el Mundial de Fórmula 1 y acaba de confirmar que hará la temporada completa de IndyCar en 2020, lo que a mí me lleva a esperar como agua de mayo que se anuncie (cuando sea) que también participará en el WEC y se cierre así el círculo de aquella Gran McLaren [La gran McLaren] de la que nos hablaba el norteamericano en el verano de 2018.

La aventura americana no se aborda en solitario sino apoyándose en la estructura de su ahora socio Arrow SPM (Arrow Schmidt Peterson Motorsports), lo que ha dado lugar al team Arrow McLaren Racing SP, que será el nombre completo del equipo participante en la serie del año próximo. Los entendidos de verdad lo ven bien, los patanegra ya han fruncido el ceño —cosa totalmente comprensible y esperable, sea dicho de paso, porque la británica debería volver a los circuitos del otro lado del Atlántico con ansias vivas de triunfar, no para ganar experiencia, cosa que se intuye en la operación.

En todo caso, que es lo que nos ocupa en esta entrada, conviene enfriar los ánimos por no llevarnos un chasco.  

IndyCar tiene sus cosas y sus peculiaridades, aunque desde luego no es un ámbito donde resulte sencillo vencer ni mucho menos donde se pueda dar todo por perdido a las primeras de cambio. A partir de ahora los fuegos artificiales iluminarán la noche como durante la Virgen Blanca en Gasteiz, pero son eso: fuegos de artificio, y es que McLaren sólo ha anunciado que vuelve a temporada completa, y la ausencia de humo y altas expectativas suponen la mejor garantía de que las cosas se están haciendo bien, incluso con vistas a una posible participación del Nano en la Indy 500 de 2020, que no sé de qué nos extrañamos: Lawrence Stroll se ha comprado una escudería para que corra su hijo y Zak Brown ha decidido embarcar su empresa en una aventura como la norteamericana, por satisfacer a Alonso o por quitarse juntos la espinita que quedaba clavada en sus lomos a finales de mayo pasado. ¿Quién lo sabe...?

Os leo.

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