domingo, 11 de agosto de 2019

¿Qué podía fallar?


En la producción Patrick Dempsey (Grey's Anatomy, Transformers: Dark of the Moon, Bridget Jones's Baby, etcétera), archifamoso en nuestro mundillo por su relación con automovilismo como coleccionista y piloto, y por tener equipo propio, Dempsey Racing; amplio despliegue de medios y colaboración de los equipos IMSA en el rodaje; un trailer donde salen más coches que escenas amables, en el que incluso hay una referencia al Gran Premio de Mónaco 1984; un precioso Testarossa del 57 en las imágenes promocionales; la promesa de la 20th Century Fox de que la cinta era una aproximación radicalmente distinta al fenómeno de las carreras y un título que quitaba el hipo: The Art of Racing in the Rain [El arte de competir en la lluvia]...

Y bueno, el producto final había tomado pie en la vertiente más almibarada del libro original The Art of Racing in the Rain de Garth Stein, y se ha convertido a la postre en una comedia dramática (sic) enfocada a hacernos llorar, una típica película veraniega para disfrutar en familia, cuyo protagonista es Enzo, un golden retriever que, empapado por los sueños e ilusiones de su amo por convertirse en piloto de Fórmula 1, lee la vida y todo lo que sucede a su alrededor en clave racing driver —de qué me sonará esto—, y nos la narra con la voz de Kevin Costner en el original y de Ramón Langa en la versión doblada.

Al final se ha titulado en español El arte de vivir bajo la lluvia, algo que ha molestado en ciertos sectores de nuestra afición cuando en realidad es más fiel al contenido definitivo que el otro. Y es que esto nos pasa por creer tanto en la publicidad, que ya sabéis lo que suele pasar con el chiste de Aliexpress: una cosa es lo que compras en el catálogo y otra bien distinta la que te llega a casa.

Pasad buena mañana. Os leo.

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