martes, 1 de enero de 2019

Un tal Jenson Button


Hemos echado a andar en 2019 y no quiero desperdiciar la ocasión para saludar esta nueva temporada hablando de Jenson.

Se habla poco del británico. En realidad, apenas se habla nada de él porque la mayoría de nuestros protogurúes yogurines andaban en el cole o en el instituto cuando el de Frome comenzaba a demostrar por qué ha sido uno de nuestros mejores pilotos, y los gurúes hechos y derechos... pues eso, prefieren hablar de otras cosas, mayormente del pasado.

Las estadísticas no sirven con Button, Youtube apenas le hace caso, ergo es una víctima más del despropósito que nos rodea. Pasada la enajenación mental que nos provocó que Flavio le vistiera con chaleco de cuero y pantalones campanolos, la ardilla rubia supo plantar cara con un puto Bar-Honda a la todopoderosa Ferrari de Todt, Brawn, Byrne, Barrichello y Schumacher. No ganó una maldita carrera en 2004 pero siempre estuvo allí, achuchando a los dioses del Olimpo cuando al Kaiser no le tosía nadie.

Bueno, entonces me enamoraba más rápido que ahora y entre que el tío ha sido siempre un finolis y que se había marcado como objetivo sacarnos del sopor en que nos había metido Maranello, obviamente caí en sus redes.

Tiempo después descubrí que su padre era de esos que hemos querido tener todos, Big John [Big John], y que como Michibata no había nadie en el paddock.

Como anécdota, os cuento que cuando la USF1 de Peter Windsor propuso traerse a Danika Patrick para la parrilla de 2010, muchos vimos la oportunidad de reclamar un asiento para Jessica. Una estupidez como la copa de un pino, para qué vamos a negarlo, pero Jenson iba para nuestro Campeón del Mundo 2009 y cualquier cosa con él parecía poca, y si digo «nuestro» es porque resultaba literalmente así, el de todos, como cuando Kimi se coronó en 2007.

Hubo mamoneos en 2009. Imaginaros, andaban Bernie, Max y Ross por allí, pero al cabo importó poco ya que en 2008 —no os caigáis de la silla—, Button le había advertido a Honda que de seguir así (como entonces, claro), llevaría sus autos su santa madre. El británico, además de bueno en pista los tenía bien puestos... no hay más palabras, Señoría.

Hoy estas cosas producen escozores flanderianos y, a la mínima, nuestros influencer se ponen tiritas con el careto de Bob Esponja, pero en aquella época, o mordías o te mordían, y el tipo veloz que acariciaba las curvas como si las estuviera besando el cuello o el lóbulo de la oreja, a lo Iceman, en una palabra; que leía las carreras como nadie; el individuo que no había conseguido ganar una prueba después de haber disputado 112 y rompía el hechizo en Hungría 2006, donde también lo rompió nuestro Pedro, sacaba por fin la cabeza para no volver a doblarla jamás.

Y bien, no me extiendo. Jenson se comió a Lewis Hamilton en 2011 y a Fernando Alonso en 2016.

Sólo ha hecho algo parecido Nico Rosberg en nuestra historia reciente: en su época de convivencia con Schumacher y en 2016 con el de Tewin, para que veamos cómo está de sobrevalorado lo de las sobrevaloraciones que esgrimen los listos de la clase.

Por el canto de un duro de los de antes no lo consiguió Button en 2012. A dos miserables puntos quedó el de Frome de aguarle la fiesta a Hamilton por segunda vez consecutiva...

La desmemoria es una puta mierda. Muchas veces me siento aquí, ante el teclado, y no sé ni por dónde meter mano a todo este tinglado que han montado los que se han perdido media película pero a día de hoy señalan el horizonte a sus numerosos seguidores. ¡Meted a Button en cualquier sitio, coño!, es uno de nuestros últimos héroes y ofrece hazañas a cascoporro, como ésa de que por pundonor y profesionalidad aguantara lo que no está escrito en la McLaren postrera. ¿Entendéis ahora por qué resultaba tremendamente gracioso que el de Frome le dijera a Fernando que se estaba meando en su habitáculo mientras él disputaba el Gran Premio de Mónaco y su compañero y amigo intentaba ganar las 500 Millas de Indianápolis?

Ambos son grandes, aunque nuestra disciplina prefiera a Lewis o salvar el culo de Sebastian antes que recordar que hemos tenido héroes hace bien poquito.

Os leo.

4 comentarios:

Prtndr dijo...

A este Button fue a quien le planto cara nuestro Checo con solo dos años en F1, en aquel infame 2013. Lo batió, por poco, en sábado, y quedó no muy lejos de el en carreras. Sin olvidar aquel gran rebase en Mónaco.

anonimo dijo...

Jenson es una clara muestra que el talento no es lo único que pone valor a tu salario en F1 (y por otros lares también... lamentablemente).
El tipo es muy talentoso, prolijo, y entrena. Es todo un ironman. No sé si te has propuesto alguna vez completar un ironman, pero te comento que debes tener una gran disciplina para entrenarlo.
En Argentina diríamos que Jenson es poco "mediático". No estoy al tanto de si otros lugares con los que compartimos la lengua de Cervantes lo utilizan como nosotros. Jenson no hace el "ruido" que hacen Lewis, o Max. Es todo un british gentleman. No es CR7, no es una estrella de rock.
Sds.
Martin

Anónimo dijo...

Oh, claro! Mónaco... Eso fue cuando Checo iba en modo Max Verstappen. Checo y sus rebases suicidas. Primero Button, luego la misma jugarreta a un Alonso que peleaba campeonato. Ambos optaron por no sumarse a la tontería del mejicano.

Hasta que quiso aplicar la misma estrangulación a Kimi, allí en la misma curva. El Finlandés le hizo besar las protecciones de principio a fin. Muy bien besadas. DNF para dos, y lección aprendida.

Anónimo dijo...

José, no asimilo la comparación entre su lucha con Lewis, y la etapa en la que compartió equipo con Alonso.

El Maclaren híbrido fue una herramienta errática y traicionera. Fernando tuvo dos accidentes graves, que resultaron en incomparecencia durante varias carreras. En condiciones normales, Jenson no hubiera podido con él.