martes, 17 de abril de 2018

Y se dice, y no pasa nada...


Hay cosas que no cambian. Nos vestimos de ovejas para dejar de ser lobos pero en cuanto nos pisan el juanete nos cansa que se critique lo nuestro, porque es nuestro, porque también tenemos nuestro, porque cuando alguien toca lo nuestro nos duele y nuestra equidistancia tiembla desde sus cimientos.

Asumo que la somanta de boinazos que le está cayendo a Max Verstappen puede resultar pelín excesiva, por cansina, más que por otra cosa, pero en modo alguno me parece inapropiada, salvo que insistamos en ver un chiquillo donde hay un piloto número uno que en teoría dispone de capacidad para echarse toda una Red Bull a las espaldas [Ich bin Red Bulls neues «Vettel-Projekt»], pecado que, desde luego, no voy a cometer.

Verstappen es uno de los veinte elegidos para la gloria y tiene todo lo que hay que tener para terminar convirtiéndose en Campeón del Mundo, siempre y cuando el joven Max le deje.

Aquí radica su principal problema: la madurez que destilan sus palabras en el artículo cuyo enlace os he pasado más arriba, no encuentra respuesta cuando la exigencia es máxima, como anteayer.

En Melbourne le defendí, incluso eché la culpa a su ingeniero de pista del exceso de presión. En Bahrein también lo hice cuando Hamilton le llamó gilipollas, pero en Shanghai no hay por dónde coger su actuación, así que vámos a dejarnos de pamplinas, pues excepción hecha de sus acérrimos, Helmut Marko le puso las pilas, Christian Horner esquivó amablemente defenderlo, Niki Lauda le llamó literalmente tonto y le ha caído la de Dios es Cristo desde las filas de la prensa especialista... No, tanta gente (y tan dispar) no puede estar equivocada.

No es de recibo ni su pérdida de papeles ni que la FIA le dejara irse prácticamente de rositas después liarla parda en el circuito chino corriendo como un puñetero pollo sin cabeza. 

En el fondo resulta incluso natural que todo transcurriera así el pasado domingo. Le han dejado hacer casi siempre y en cierto sentido se cree el rey del mambo. Pero los trucos los acaban aprendiendo los rivales y Hamilton, avisado, le devolvió en Shanghai la de Sakhir, y Vettel acabó siendo víctima porque el holandés le pilló totalmente desprevenido, ya que, como admite él mismo en el artículo de la Motorsport alemana: Sebastian tenía más que perder porque luchaba por un campeonato por el que también debería estar peleando Max...

Ahí radica la madurez: en saber cómo debe adaptarse uno a las nuevas circunstancias. Y podemos adornarlo como queramos, envolverlo incluso en papel de regalo con un lacito de colores, pero el Verstappen que vimos hace dos días resultó un inconsistente y excesivamente agresivo, como si su mente no estuviera allí, como si se hubiera olvidado de que es el nuevo Proyecto Vettel de Red Bull y hubiese retrocedido al año 2017, cuando sus hazañas eran bienvenidas porque no formaban parte del mundo de los adultos.

No pretendo que cambie, entendedme. En esto estoy con Jos, su padre. Me gusta tal cual es, pero si hay que atizarle por hacer el chorra lo haré. Y se dice, y no pasa nada...

Os leo.

5 comentarios:

enrique dijo...

El problema de max es que no se ha roto los huevos en categorías inferiores. Ahora está aprendiendo lo que en circunstancias normales hubiese aprendido en otras categorías. Nada que no pueda curar el tiempo. Algunos con taytantos las hacen mas gordas, sin mirar a nadie...

Aficionando dijo...

Acertado el texto y de acuerdo con lo que dice Enrique. De todas formas, Verstappen hace mucho más emocionantes las carreras. Es como un torete desbocado y cuando le sale bien la cosa, es una gozada.

anonimo dijo...

A un piloto del que no recuerdo con certeza quién fue pero casi seguro fue Mario Andretti, que en una entrevista comentaba que, recién llegado a la F1 había pronóstico de lluvia para la carrera. Otro piloto (un "experimentado") le avisa "Tienes talento: Vas a puntear el GP algunas vueltas, pero la juventud te va a jugar una mala pasada y vas a terminar fuera en alguna curva".
No tengo presente ahora a qué GP se refería, o cómo terminó Andretti (si fuera él) ese GP. Pero lo cierto es que el tiempo es un gran maestro... siempre que tengas la conducta atenta del buen alumno. Traes un chaval de 17 a la F1 y le exiges madurez.

Anónimo dijo...

Pues sí, de acuerdo, como pollo sin cabeza, ahora bien, he de reconocer que me produce cierta satisfacción que sean HAM y VET los que reciben un poco de la medicina que han repartido impunemente durante tantos años y sobre todo ver como se las tiene que arreglar ahora Charlie con sus tres ángeles.
Y sí, también me acuerdo cuando Juancho tuvo los huevos de pasarle a Michael en la parada del autobús cuando todos pensaban que no era posible (oh sacrilegio!), el primero el propio Kaiser y a partir de ahí todo cambio, así que menos lobos, que de los veinte, santo ni uno.

chema dijo...

Una cosa es el cuerpo a cuerpo agresivo, eso es competición. Pero como bien le dice su padre Jos, hay que pensar un poco y donde no hay espacio no hay sitio para adelantar.

Diría que en dos temporadas la peor parte de el ímpetu de Max se lo ha llevado Seb, pero bueno seguimos en la lucha por el primer título con Ferrari :D