lunes, 30 de abril de 2018

Toyota y los amores que matan


Iba a titular esta entrada Mandanga Style pero no lo he considerado apropiado. Está la cosa lo suficiente delicada como para que no me apetezca ni rozar, siquiera, uno de los flancos más débiles que tenemos, y no porque ellas lo sean, más bien, porque nos faltan avellanitas para aceptar que los hombres formamos parte de la zona injusta de la vida.

Salimos de Azerbaiyán, uno de esos lugares de la Tierra a los que nos llevó Bernie porque allí se aceptaba como normal que una hembra pudiera vencer a un varón en pista. Nos cagamos en lo que no está escrito cuando Liberty Media decide pasar de las Grid Girl, acusamos a las medianías de cobardía, pero no acertamos a calibrar hasta qué punto llevamos el pecado original dentro. Llegábamos a Bahrein, yo desenfudaba mi seis tiros izquierdoso y Gring me contenía advirtiéndome que peor andábamos en China, o en Malasia, o en Hungría...

Escribo para aprender, de Juan cuando nos mostraba el truco de la cucharita y el efecto Coanda en 2009, de Jorge y sus consejos en aquel soberbio manantial que se llamaba Efecto Suelo. Oberon, Alex, Paulo, mi buen Charly, Eloy, Sabre, Anxo, Concha, Martín, Prostvuelve, Whinartez, iMam, J-Car, Manuel Ángel... tantos y tantos que no me caben en estas líneas. Tantos como aquellos otros mediocres que pasaron por Nürburgring con la intención de que se les conociera para luego poder darme la espalda, y vendérmela.

Se inician blogs cada día. Basta una entradita llena de promesas o de buenas intenciones, incluso si buscas pasta para salir del paso. Cuanto más optimista o lacrimógena mejor; y de ahí p'alante. «Tuve un blog, fui capaz de mantenerlo una temporada, ejercí de blogger...» pero lo jodido es mantenerse aquí, expuesto a todas horas del día, sabiendo que alguien, cuando le apetezca, podrá rebuscar en la mierda y señalar que yo una vez dije...

No me preocupa tanto esto como que sin comerlo ni beberlo haya puesto en situación de Defcon 5 a la chavalería más granada y al mismísimo Padre Apeles. Ellos dicen que hay que amar el motorsport como si fuese una aventura de verano: sin comprometerse del todo, pero viene el WEC 2018-19 y te descubre que todo es mentira, que son falsos como un billete de cuatro euros.

No se puede decir que amas este deporte y ponerte finolis como no te pusistes en 2012. Bien, vale, entonces no tenías uso de razón y la cosa te venía de lejos y te pillaba a desmano. Pero a lo que vamos, no te puedes ciscar en una competición como la Resistencia porque Toyota se haya quedado sin rivales, salvo que seas un sesgado de mierda y un puto hipócrita.

El problema hoy es que participa Fernando Alonso. Ahí está el quid de toda esta mandanga. Si no interviniese el de Oviedo, bastaría con decir que el WEC ha bajado el listón esta temporada porque la competencia se encuentra ahí ahí en el alero. Pero interviene ese tipo que debería haber dejado la competición y aquí la cosa se pone a mayores. Os jode, cabrones, os jode. Admitámoslo y dejémonos de bobadas. Lo que os molesta es que él participe...

Meteros el amor al motorsport por donde os quepa. El apasionamiento y otras moñadas. La gente va donde le apetece ir, y un tal Fernando Alonso tiene más capacidad de concitar al personal que cuatro o cinco promesas de clases magistrales de tres pollos ante un micrófono.

Tengo gatos. Siete en concreto, que con la perrilla que se siente uno de ellos serían ocho. Ellos están cómodos donde se les quiere. Te aceptan, ronronean, te miran a todas horas... Amar para sacar pegas idiotas no es amar. Llamadlo como queráis, pero hacernos un favor y no digáis que sois unos apasionados a esto cuando la posición de Toyota ante la supertemporada 2018-19 os molesta tanto.

Os leo.

4 comentarios:

Tadeo dijo...

Te voy a ascender, en vez de AK-47 te voy a llamar MG-42

Por cierto, estoy al 100% con tus opiniones

Saludos

Anónimo dijo...

Qué grande eres coño.

Jorge dijo...

Jajaajajaj la puta verdad. Que se jodan y se pudran de envidia, y nosotros a disfrutarlo a tope. Ya ves, llevaremos tropecientos mil años sin verle ganar un puto campeonato, pero seguimos disfrutando de Alonso en cada jodida carrera en la que participa, por eso es el jodido número 1, porque se le sigue en todo el mundo aunque vaya a correr en los autos de choque.

germansp dijo...

Pim, pum, pam. Sublime y certero Josetxu.