martes, 17 de enero de 2017

No llegamos a 2018


Sinceramente, no sé ni en qué día vivo. Tampoco es que me preocupe demasiado, la verdad.

En fin, los proyectos se amontonan y no hay nada más hermoso en el mundo que darles salida bajando al estudio a eso de las 5 de la mañana, para oler en el patio el salitre que trae el aire que acaricia la playa de Gorliz, y mirar la luna mientras te rascas salva sea la parte y tomás el primer café matinal, ceñido, cómo no, con el gorro de astracán del Comandante Ramius en La caza del Octubre Rojo

Lo creáis o no, éste es un ejercicio que recomiendo a todo el mundo: saludar el día antes de que haya amanecido. En camiseta, bañador o bragas, o gayumbos, y gorro militar, of course! Es un placer que no está al alcance de demasiada gente, fundamentalmente porque no hay agallas para admitirnos tal cual somos; ahora bien, si traspasas esa linde prohibida, os juro que sientes desde la raíz de ti mismo cómo te puedes comer el mundo, aunque sólo sea un instante.

Pero a lo que vamos. Llevo jugando en este blog con la idea de que Brackley no llega a tomar las uvas del final de la segunda década de este milenio, desde que observábamos cómo Lewis se comportaba como si estuviera pidiendo que le dieran una patada en el culo. Más tarde vino la renuncia de Nico, y si dos evidencias no suponen una certeza, que a Valtteri le hayan firmado un contrato por un año viene a enfatizar que en Mercedes AMG se ha instalado el miedo a pensar en más alla de 2018.

Por aquello de ser honesto con vosotros tengo que admitir que Rosberg gozaba de contrato hasta la finalización de 2018. Otra cosa es que Hamilton y Bottas estén tasados en la anglo-germana hasta la terminación de 2017, y que si sumas a esta surrealista ecuación un Paddy Lowe que ha preferido abandonar la mejor escudería de la parrilla, hoy por hoy, para embarcarse en una aventura incierta como Williams —Grove celebra su cuadragésimo aniversario en la Fórmula 1 sin Symonds y con un chavalín como Stroll y un chavalón como Massa. Vamos, que se dan el hostión como me llamo José Antonio—, la cosa pinta sumamente rara para dentro de dos temporadas en la de la estrella de tres puntas.

¿Y si no hubiera futuro, como aventuré hace tiempo? 

Parece una chorrada pero es una duda que me corroe desde que el pasado 8 de diciembre hice una llamada a Azul. Si no hay futuro —repito—, ¿qué?

Que los fabricantes pasan de meterse en problemas es una obviedad como la copa de un pino. Ferrari es el único exponente de fábrica gilipollas que sigue ahí para que luego le reprochen que cobra demasiado por ejercer de poeta en territorio de listos, listillos o listones. Las que lo han sabido hacer de cine son Renault y Honda. De las dos pardillas que quedan, Mercedes-Benz es la única que puede retirarse sin ser tildada de traidora...

Por simple cálculo de probabilidades no estaré presente para celebrarlo, pero en 2018, puede ser que Stuttgart abandone a su suerte a Brackley y entendamos entonces por qué Lewis anda tan nervioso de 2015 a esta parte, por qué Nico y Paddy han preferido dejarlo cada uno a su manera, y por qué Valtteri ha sido contratado tan sólo por una temporada.

Dos evidencias no dan para una prueba, pero tres son como para pensárselo...

Os leo.

3 comentarios:

Zero Signal dijo...

No estarás para verlo? En el reato de la entrada basta puedo estar de acuerdo

Nacho Lascaray dijo...

¿Pero qué cálculos tan raros haces ? , si eso está a la vuelta , seguro que te leeremos con placer cómo nos lo cuentas, un abrazo

Tadeo dijo...

Me temo que la vida deportiva del Nano va paralela a la vida bloguera de Orroe.

Pero estoy seguro que Tellaetxe seguirá escribiendo.

Saludos