lunes, 9 de enero de 2017

La burbuja


El sueño de Mosley se muere con Manor. No es que no haya habido sueños parecidos en épocas diferentes de nuestro deporte, es tan sólo que al bueno de Max se le ocurrió la idea de hacer una Fórmula 1 barata (Low Cost) que para triunfar precisaba que todo el mundo se atara el cinturón... Y así no, ¡por Dios!

La de Dinnigton fallece de lo mismo que ha vivido: de insolvencia, aunque dicen que entra en concurso de acreedores y que puede existir por ahí un Ron Dennis que recoja sus restos para enfrentarse a Ojjeh y los bareinitas de McLaren, lo que no sé es con qué coche o con qué proyecto, porque con un cambio tan grande como el que se avecina este año me da por imaginar que el MR06 es en la actualidad cinco tablas mal puestas sobre cuatro ruedas de bicicleta en un garaje con telarañas.

Exagero, como siempre. En todo caso, si Manor fuese italiana en vez de británica lo comprenderíamos inmediatamente, o nos lo explicaría Bernie, que viene a ser lo mismo. Aunque también es verdad que nadie tiene la culpa de ser británico, español o italiano, y Richard Branson menos aún.

De lo que sí fue culpable el de Virgin fue de querer entender la Fórmula 1 como espectáculo puro. Eso y tener pasta a cascoporro encenció a la Bruja de Blancanieves, quien desde el minuto 1 entendió a su compatriota como un enemigo a batir, como un grano a erradicar del impoluto tablero de ajedrez que pretende ser nuestro deporte desde tiempos inmemoriales, lo que a su vez alimentó el alma juvenil de Branson.

El primer Virgin, el MRV01, se parió a partir de los Manor Grand Prix de John Booth sin ayuda de túneles de viento. Del lápiz al ordenador y luego a la pista, así, como lo leéis. Al viejo estilo de las epopeyas automovilísticas de los setenta del siglo pasado. Con dos cogieron, que decimos por aquí.

Inversión mínima y minutos asegurados de atención a través de la retransmisión gracias a que los aficionados nos amontonábamos ante las pantallas por ver si los coches aguantaban más de una vuelta, o si Glock y Di Grassi eran capaces de superar la decimocuarta posición sin que los Hispania se descuajaringaran previamente o los abandonos de los rivales les allanaran el camino.

Branson se cachondeaba vivo cada vez que le sacaban en televisión, lo que mataba a Bernie, quien entendía que aquello no era ni medianamente serio ya que le estaba devaluando el negocio. Surge así Marussia Virgin Racing, que viene a ser lo mismo que Virgin pero con inyección de pasta rusa en un momento en que el Gran Premio de Rusia asoma ya en el horizonte. Hispania es HRT y Lotus se ha hecho mayor y negra, y a la Lotus verde de Tony Fernandes sólo le queda llamarse Caterham...

La F1 Low Cost aguanta como puede entre tiburones pero ya tiene sus días contados. Ecclestone no quiere más payasos de los ya cuenta El Circo.

De ahí pasamos a Marussia a secas en 2012 aunque aún queda algo en ella de Virgin y por supuesto de Manor. HRT abandonará a finales de aquella temporada y Caterham, agobiada por las deudas, aguantará un trecho más mientras que Bernie da una nueva vuelta de tuerca a su maquiavélico plan: poca o nula exposición para los parias en las retransmisiones. Si alguien quiere reírse que se busque otro circo.

Richard Branson responde dando por el flete al mandamás de la F1 antes de retirarse, y, además, donde más le duele. Apuesta con Tony Fernandes que uno de los dos se disfrazará de azafata en la línea aérea del otro siempre y cuando la niña de sus ojos quede por detrás en el Mundial de Constructores 2012. Como atestiguan las fotos y los amplios reportajes de mayo de 2013, el de Virgin cumple aunque ya está desligado del deporte.

Ese año resulta crucial para entender dónde hemos llegado. Marussia es nominalmente rusa y es sabido que los rusos son buena gente salvo que les pisen el callo. El Gran Premio de Rusia se estrenará en 2014, pero si hay poca exposición de sus evoluciones en pista desde 2012, ¿para qué pagar al FOM por algo que no recibe la escudería ni la permite conseguir patrocinadores?

Bernie contrataca. La rusa se convierte de la noche a la mañana en una leyenda urbana. No se sabe nada de ella hasta que el 7 de julio, a Jules Bianchi se le olvida poner el freno de mano en su dañado MR02 y éste circula marcha atrás en Nürburgring copando unos golosos minutos de televisión que se ven en todo el planeta, momento en que todos gritamos llenos de gozo y sorpresa: ¡coño, un Marussia!

¿Qué sería de un Gran Premio de Rusia sin un equipo ruso en la parrilla? Pues eso, que lo de 2014 tiene incluso explicación aunque Bernie ya ha previsto para entonces la aparición de un tipo serio y británico como Stephen Fitzpatrick, reconocido businessman además de un apasionado del motorsport (¿?), que se hace cargo de las deudas de Marussia, cambia el nombre de la escudería por Manor, pero antes de que concluya la campaña 2015 también originará que John Booth y Graeme Lowdon abandonen el proyecto porque no hay plan deportivo para 2016...

Caterham no tuvo tanta suerte. A finales de 2014 ya era historia. Con Manor, la verdad que es que la hemos tenido: siete años de entretenimiento y burbuja con final tan incierto como feliz, para Bernie y el sr. Fitzpatrick, se entiende.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una parrilla reducida luce y da mal imagen. Si la repartición fuera más justa y el mafioso de mafiosos e hijoputa viejo rastrero, no desaparecerían tantos equipos. Buenos, no tan buenos y mediocres, mientras más carros veamos, mejor.

anonimo dijo...

¡Y que conste que te has enfocado únicamente en la historia mas reciente! Il Commendatore iracundo atacaba al Bernie de aquellos días (y a otros ingleses) porque no eran fabricantes, eran "talleristas". "Sueldan aluminio, compran motor, caja, y frenos, y ya están en la fórmula 1" diría.
Recuerdo la época de F1 con preclasificación, donde algunos coches debían quedar afuera porque no cabían en la grilla. ¿Qué hubiera sucedido con los Hispania, Marussia, y "los lotus verdes" en aquellos días?