Entropía eres tú

Dice la sabiduría popular que el término entropía se refiere en termodinámica a la magnitud física que define mediante cálculo, la parte de la energía que no puede rentabilizarse en forma de trabajo, de manera que podríamos decir que si tú has convertido en trabajo el calor que produce tu vehículo, lo que resulta después de haberlo utilizado para tus propios fines y expeles por su zaga, es una cantidad de energía térmica residual y sucia que no sirve ni para pipas, pero que a buen seguro complicará la vida de quien intente cogerte el refufo.

Ayer fue un día memorable. Como decía hace unas horas, se habló del tren delantero, del endurecimiento de las suspensiones y de rondón, Pedro nos marcó el punto exacto en que un Red Bull es asequible en cuanto a su estela. El barcelonés habló de entre 2 y 3 segundos de distancia; más 3 que 2, para ser exactos; lo que en Fórmula 1 significa un universo de dimensiones colosales.

Para que nadie se ría de mi aparente nueva ida de olla, os remito a pesos pesados como Gary Anderson o James Allen, quienes en julio de este mismo año admitían [por fin] que Adrian Newey podía estar utilizando componentes que retuvieran el calor en su monoplaza, con el fin de extraer hasta sus últimas consecuencias las inenarrables posibilidades que alberga un fondo plano cuando es sometido a las influencias térmicas.

Sea como fuere, y a pesar de que como decía aquél, llegamos en este blog antes a este punto, exista termo o no en la zaga del RB9, la cosa resulta a estas alturas irrelevante, y lo cierto es que se da por sentado que el ingeniero británico usa el calor para sacar ventaja en su monoplaza, entendida esta como algo activo y provechoso y por supuesto, también como algo pasivo, como entropía, que es donde toca llegar hoy, puesto que la estela sucia de un vehículo es tan importante en carrera como todo lo demás, ya que lo defiende de los rivales.

Pero dejémonos de distracciones y retomemos Suzuka.

Vettel no calificó bien el sábado por problemas con el KERS de su RB9 y por insuficiente tiempo de experimentación con las gomas más blandas y Webber, consiguió la pole aunque no estaba previsto.

Si yo perteneciera al organigrama de Milton Keynes, que no es así ni ganas que tengo, podría explicar que el RB9 con estela más sucia ya que estaba enfocado a cubrir las espaldas de Vettel, el número 2 para ser exactos, conseguía contra pronóstico la plaza que debería haber alcanzado el número 1, un coche más afinado y por tanto, menos agresivo en su zaga. Pero los dos entraban a parque cerrado y no había más tu tía. La salida, como sabemos, fue un desastre tanto para Vettel como para Webber, de manera que este se puso con relativa facilidad delante de su compañero, y…

¿Qué hace Sebastian detrás de un RB9? Pasarlas putas, como un rival de la austriaca cualquiera. ¿Qué hace Mark? Verse incapaz de adelantar a Grosjean porque su RB9 tiene un perfil más defensivo que el de Vettel.

Sé que me estáis siguiendo. Sebastian habría sido incapaz de superar a Mark en pista por la misma razón que los RB9, cuando van delante, resultan inasequibles: la estela, la entropía de los cogieron, ese regalo envenenado que tiene Newey para los que osan acercarse a la cola de uno de sus coches.

Una vez quitado Webber de enmedio, Vettel renace de sus cenizas. Se acerca a Grosjean y lo machaca sobre el asfalto para navegar con viento de cola y sin que nadie se le acerque porque la entropía le protege.

Os leo.

[Publicado en Diariomotor]