sábado, 5 de febrero de 2022

Procar

Por increíble que parezca, a veces los llamados teloneros superan con creces las expectativas del show en que participan, de hecho, son abundatísimos los casos de artistas que proyectaron sus respectivas carreras a partir de una chispa que surgió, precisamente, haciendo de segundones de la estrella que figuraba con letras grandes en los carteles...

Desde luego no hace justicia llamar teloneros a los campeonatos BMW M1 Procar de 1979 y 1980 (BMW M1 Procar Championship), pero de alguna manera hay que abordarlos, a pesar de que no conozco a ningún aficionado de mi edad al que no le brillen los ojos y se le dibuje una sonrisa en la cara al escuchar la palabra mágica: Procar.

En fin, a finales de los setenta del siglo pasado BMW atravesaba un mal momento en la fase de entrega del flamante M1, el primer motor central de la casa bávara, y, además, un vehículo de sus características cojeaba bastante ante sus compradores si no competía, pero para su homologación en el Group 4 FIA hacían falta 400 ejemplares que no llegaban. 

Ni corto ni perezoso, Jochen Neerpasch, responsable de la división deportiva de la alemana, decidió crear una serie monomarca a la que le bastaba contar con alrededor de 20 cacharros que serían preparados por la propia marca, por la Project Four de Ron Dennis, BS Fabrications y la turinesa Osella, y en aras de conseguir el mayor impacto mediático posible, apostó por alinear el proyecto como espectáculo telonero de la mayoría de pruebas europeas del calendario oficial de la Fórmula 1.

La FOCA (Formula One Constructors Association) dio el OK a finales de 1978 —la Federación pintaba poco en estos aspectos—. La fórmula resultaba sumamente interesante: pilotos de diferentes categorías competirían juntos, y los mejores en la clasificación para el Gran Premio F1 correspondiente lo harían con los BMW oficiales, pero inmediatamente surgieron algunos inconvenientes por temas contractuales y de patrocinio, lo que, en el caso de Ferrari, por ejemplo, nos impidió disfrutar de Gilles Villeneuve al volante de un M1.

Sea como fuere, la Procar se estrenó en el Gran Premio de Bélgica de 1979, celebrado en el trazado de Zolder —sí, Zolder—, y cosechó un éxito inmediato, entre otras razones por la igualdad de plataformas, que se prolongó en el tiempo, desde luego, por las vistosas decoraciones de los M1: Basf, Boss, Marlboro, BMW Motorsport, etcétera, que hoy forman parte de nuestra más arraigada iconografía...

El campeonato 1979 lo ganó Niki Lauda, y Nelson Piquet se llevó el de 1980, última temporada Procar debido a que BMW había decidido ingresar en la Fórmula 1 al año siguiente proporcionando motores turbo a Brabham.

Fue bonito mientras duró. Os leo.

1 comentario:

Profesores Berg dijo...

Si José. Era chico y me acuerdo de la PROCAR. Una categoría que nos trae una lágrima nostálgica cuando vemos un M1.