jueves, 24 de marzo de 2022

Newgarden a la una

El primer oval de la temporada NTT IndyCar Series 2022 resultó una carrera en cierto modo extraña que terminó dejándonos bastante buen sabor de boca, por las luchas en pista, por el valor que adquirieron las estrategias, por la presencia de Jimmie Johnson en su preparatoria para la Indy 500, y, finalmente, porque Josef Newgarden se llevó el gato al agua de la victoria liderando tan sólo tres giros en el Texas Motor Speedway y superando a su compañero Scott McLaughlin metros antes de la línea de meta.

Con Felix Rosenqvist partiendo desde la pole, la carrera pasó rápidamente a manos del vencedor en St. Petersburg [Algo más de medio segundo], definiendo un guión que parecía difícil de romper y en el que McLaughlin llevaba la voz cantante. Newgarden no suponía una amenaza entonces, pero tras un primer relevo únicamente alterado por la amarilla provocada por la avería en el coche de Rossi (vuelta 15), Penske decidió adelantar el paso de sus hombres por boxes con la intención de aliviarlos del denso tráfico, definiendo con ello una jugada ganadora ya que el segundo stint estuvo marcado por tres caution prácticamente consecutivos que neutralizaron la XPEL 375 durante 49 interminables giros.

Takuma Sato golpeaba el muro en la centésima circunvalación al óvalo texano gracias a DeFrancesco, originando la segunda amarilla de la jornada y que el pit lane pareciese la Gran Vía en tarde de sábado, ya que el grueso de la parrilla decidió adelantar los repostajes y cambios de ruedas. El follón tuvo consecuencias, sobre todo en Arrow McLaren SP: Rosenqvist se pasaba de las marcas, y O'Ward hacía lo mismo llevándose puesto a un mecánico, sin mayores consecuencias, por fortuna.

En fin, apenas reiniciada la prueba Grosjean rompía motor y el Pace Car volvía a pista. En el siguiente reinicio, Devlin DeFrancesco cerró a Kyle Kirkwood obligándole a abandonar. Y ya sobre la vuelta 129, en la penúltima relanzada, De Francesco, de nuevo, tocó a Graham Rahal y Helio Castroneves se llevó la peor parte...

Con las luces en verde, en el giro 149 todo pareció volver a la normalidad, aunque la cercanía relativa del final y la necesidad de ahorrar una parada llevaron a que el espectáculo decayera bastante. 

Ritmo menor, continuos cambios en cabeza pero faltos de convicción. Los tres Penske se mantenían al acecho y siempre en posiciones punteras, y una vez conseguido el objetivo de parar una única vez más, McLaughlin aprovechó su salida de boxes para asaltar el liderato desde el arranque mismo de su tercer relevo, cosa que consiguió con relativa facilidad y despegando a sus dos compañeros, Josef Newgarden y Will Power. Si bien éste último adoleció de falta de punch en tráfico, Newgarden no quiso descolgarse del neozelandés y se fue a por él con Marcus Ericsson a cola de su monoplaza.

Todo parecía sentenciado, pero los doblados iban a entorpecer más de la cuenta las evoluciones de McLaughlin durante las últimas vueltas, aunque, para ese instante, Newgarden ya había olido sangre protagonizó una escalada monumental, que lo llevó a ponerse a la par en el último vértice de la última vuelta, para terminar cruzando la meta con un saldo de casi 7 centésimas de ventaja y en primera posición.

Newgarden, McLaughlin y Ericsson cerraban el podio. Power concluía en la cuarta posición, seguido por Dixon, Johnson, y, en la séptima plaza, apareciendo un Palou muy desdibujado en la prueba, que aguantó bien el desinfle de su Ganassi Honda cosechando unos golosos puntos que pueden resultar cruciales al final del campeonato.

Os leo.

No hay comentarios: