Con vuestro permiso inicio repaso del Gran Premio de Azerbaiyán mencionando a Vettel, y no tanto porque haya sido acreditado con la tontería esa de piloto del día —creo en ella tanto como en el fanboost de Formula E—, sino por recordar que hace quince días también lo alabé [Sí hay 5º bueno].
Lo cierto es que desde que llevo abierto el blog he ensalzado las buenas actuaciones del alemán casi tanto como le he dado caña cuando creía que lo merecía, pero como los textos cañeros son los que tracienden las fronteras de Nürbu y terminan en manos de quienes no saben diferenciar qué es opinión y qué es odio cerval, uno acababa pareciendo poco menos que Jane Eyre dando gritos tras la puerta de su celda en Thornfield Hall.
En fin, nunca se sabe dónde irá lo que escribo, pero sí, hoy el tetracampeón ha estado soberbio en el más amplio sentido de la palabra. Desde la soledad del habitáculo y sin apenas ayuda externa, ha gestionado una prueba servida a contrapié para Aston Martin, y ha logrado finalizar segundo en Bakú. Sigue llevando un W11 disfrazado de verde bajo el culo, pero, así y todo, Seb ha vuelto a firmar una gran carrera en apenas dos semanas, y esta vez con el segundo cajón como premio.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario