sábado, 5 de junio de 2021

Joshua fought the Battle of Jericho

También es un título usado, o casi, pero qué más da si hoy utilizamos la versión de Presley...

La clasificación para el Gran Premio de Azerbaiyán nos ha demostrado, una vez más, que nunca llueve a gusto de todos y que la fiesta sigue yendo por barrios, incluso en una mala ratonera en la que lo último que cabría esperar es que nadie acabe contra las protecciones. 

Tres banderas rojas, que se dice pronto. Un Valtteri suplicando por radio ¿quién me da el rebufo ahora? Max poniendo morros, como Carlos, porque va la segunda que se tuerce en apenas quince días. Fernando mordiéndose un poco la lengua, un milagroso aumento de 1 psi en las gomas traseras que ha devuelto a Mercedes al partido, y Mario Isola, que el buen hombre lo fía todo a que mañana, un suponer, los que van después del puesto 10 puedan usar en su primer relevo duros (C3) y ganar así posición en carrera o tener más flexibilidad en la elección de estrategia.

Quien no disfruta es por que no quiere, que no quiere, porque lo mejor ha venido luego, cuando a la pregunta ¿qué opinan ustedes?, esa interrogante que ayuda a fidelizar a los entregaditos en redes sociales, ha salido de todo, claro. Que si esto o aquello, que si hay que ver lo de Sáinz, que si hay que dar una nueva oportunidad a Tsunoda, que si Pérez sería bicicleta si en vez de piernas llevara ruedas de radios, y una respuesta que todavía me tiene intrigado: segunda pole sucia de Leclerc.

Ya os voy diciendo que por mí venga la tercera, y pronto, porque se hace un poco cansado esto de seguir a Elvis en hilera, con los brazos arriba y moviendo la cadera, mientras cantamos espiritual como en las iglesias de la norteamérica sureña por ver si las murallas de Jericó ceden y se vienen abajo. Esto es Fórmula 1 y si pestañeas te lo pierdes, que decía el gran Gonzalo Serrano, incluso para Lando, que por una tontería ha perdido tres puestos en parrilla.

Sed felices. Os leo.

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