lunes, 14 de junio de 2021

Smooth criminal

Tenemos una envidiable tendencia a enredarnos con cuestiones que no suelen llevar a ningún sitio, y como de vez en cuándo surgen preguntas como ¿qué pasaría si eliminásemos el DRS?, me apetece echar el ratito explicando someramente por qué sería un acto criminal.

A ver, eliminar ahora el DRS (Drag Reduction System) nos llevaría a hablar de otro tipo de vehículos, ya que los actuales están diseñados para usarlo. Sería como plantearse qué sucedería si les quitásemos una rueda, o si por un azar redujésemos drásticamente las dimensiones del alerón delantero: el asunto no funcionaría. No es que ganásemos o perdiésemos, es que los modernos F1 no pueden trabajar correctamente sin el DRS tal y como lo conocemos, como no pueden circular óptimamente con tres ruedas o con un ala anterior más chiquitina. Están diseñados para utilizarlo, y quitárselo supondría una felonía.

Cuando decimos que un monoplaza es un todo estamos admitiendo que existe una interdependencia entre las partes que lo componen, que hace que todas y cada una de ellas sean imprescindibles para el desempeño global.

Así las cosas, como el DRS forma parte del conjunto trasero, si lo anulamos afectamos también a todo lo que le rodea, y lo comprometemos, claro. El alerón posterior, por ejemplo, debería soportar una mayor carga aerodinámica durante más tiempo —el DRS abierto alivia este fenómeno durante al menos 1/3 de vuelta en condiciones óptimas—, en consecuencia, el final de la carrocería debería responder a otras prioridades y el fondo plano y el difusor cobrarían quizás más importancia, o no...

No me enredo. Además de para permitir adelantamientos, el DRS está implicado en un montón de fenómenos, y, por increíble que parezca, los ingenieros los tienen en cuenta porque la normativa técnica valida el cachivache como parte del funcionamiento integral de un F1 a fecha 2021. Tiempo disponible para la refrigeración de los frenos —más rapidez es igual a mayor ventilación—, alargamiento de la vida útil de los neumáticos —exposición a más aire limpio supone menor temperatura en la banda de rodadura—, etcétera, el bendito artilugio incluso interviene en la recuperación de energía vía MGU-K, ya que a mayor velocidad de circulación la frenada ante una curva es más profunda y genera más inercia...

Siento chafaros la tarde, pero, a día de hoy, resulta complejísimo eliminar el DRS, y, de hacerlo, la Fórmula 1 debería ser diferente, concretamente: diseñada para vehículos que no cuenten con él.

La pregunta del principio —¿qué pasaría si eliminásemos el DRS?— no tiene ante sí una solución numérica sobre cuánto tiempo ganaríamos o perderíamos por vuelta o si habría más adelantamientos, o menos, sino una respuesta bastante más sencilla: habría que hacer monoplazas distintos.

Os leo.

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