sábado, 29 de septiembre de 2018

Imp-presionante


No deja de tener su gracia que mientras Liberty propone una Q4 para las clasificaciones, el establishment del deporte haga una peineta a la patrona norteamericana en Sochi, demostrando, de paso, que con este combinado de sanciones idiotas y gomas de caca, casi podíamos ahorrarnos celebrar la Q2.

De los quince pilotos que han superado el corte de la Q1, cinco ni se han molestado en gastar gasolina para deleitar al público congregado en el circuito ruso. ¿Esto es espectáculo? Seguramente sí, aunque os confieso que empieza a pillarme muy de través, que ya he leído a quien justifica lo de hace una rato en base a que los equipos no están para entretenernos sino para ganar pasta, y puesto que los puntos se reparten el domingo, pues dígame usté qué hay de malo o reprochable en que algunos coches no hayan salido del garaje...

Se ve que a muchos se les ha subido el neoliberalismo a la cabeza. Entre que los fondos de inversión y los multimillonarios ponen dólares sobre la mesa para salvar familias y puestos de trabajo, y que por mis avellanitas voy a gastar cuando no sirve de nada, se nos está olvidando que hay quien ha pagado una plaza en la grada o en la pelouse, o una ventana pay per view a una operadora, precisamente por ver a los monoplazas correr, y que dejar de hacerlo por la causa que sea, amén de sangrante y feo, podría ser considerado estafa [2. f. Der. Delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro].

Fingir no cuesta nada, incluso si eres el malo de la película. Un político puede fingir que es honesto viajando en metro al lugar de trabajo o en clase turista cuando tiene que desplazarse lejos. Un mal escritor puede fingir que es bueno supervisando lo que le hace su negro de turno, dando el parabién a su texto sólo después de haberlo leído...

Me enredo y no quiero. Hoy no costaba nada dar un par de vueltas con las ruedas de Q1, inventarse una pérdida de aceite o un fallo en el software de la ECU, o un pinchazo lento o una indisposición repentina del piloto. 

No costaba nada, repito, mantener viva la llama de que todo esto sigue siendo la máxima expresión del automovilismo deportivo sin necesidad de que cuatro chiquillos salgan de sus nidos a explicarnos a los que ya estamos curtidos, que es normal que cinco vehículos ni se hayan movido de su sitio porque hace nada les salía más a cuenta no mover un puto dedo antes que gastar la calderilla, el sobrante, en entretener a quien sigue creyendo, seguirá creyendo, y contará a sus hijos y nietos, que la Fórmula 1 es la polla de Bedoya como espectáculo.

Es impresentable e impresionante, pero ha sucedido en Sochi y lo más jodido de todo es que hay idiotas que siguen justificándolo en el momento de escribir estas líneas, cuando el asunto no tiene un puñetero pase ni bajo el prisma del neoliberalismo ni del comunismo más rancio. El pueblo es soberano, ¡gilipollas!, y si sólo hay pan y circo, que el primero sea de harina buena y el segundo resulte convincente al menos, porque como decía más arriba: fingir, en realidad, cuesta muy poco.

Os leo.

2 comentarios:

Cao Wen Toh dijo...

Me lo he perdido porque ya estoy a otras cosas, pero se veía venir. Igual que aparece por el horizonte el final de esta categoría.

Anónimo dijo...

A mi me molaba cuando salían los coches de uno en uno a darlo todo y marcar su mejor tiempo con unas gotitas de combustible...Toooodas las modificaciones del reglamento para mejorar el espectáculo sólo ha conseguido todo lo contraario, cargarselo, toooodo ha sido para ir a peor, pero claro, es que estos cambios en el reglamento nunca fueron para mejorar el espectáculo. Si no para tenerlo controlado, y así pues eso. Que las carreras de quien es el que mejor gestionando gomas, combustible, etc...las va a ver rita la cantaora.