domingo, 9 de septiembre de 2018

¿Qué será de Carlos?


Hombre, quizás signifique poco que Carlos estrene equipo y expectativas el año que viene en McLaren... si uno acepta de primeras que somos un país muy acomplejado en Fórmula 1, que no ha dado el valor que tiene ni a lo hecho por Jaime Alguersuari ni a lo que intentó Roldán Rodriguez, ni a las aventuras de Dani Juncadella, Andy Soucek o Roberto Merhi, ni por supuesto a lo logrado por Marc Gené o Pedro Martínez de la Rosa. De Fernando ni hablamos, ni mucho menos de Adrián o Luis, o los dos Emilios, o Alex, o...

Tenemos historia. Por aquello de concretar: tenemos bastante historia en nuestro deporte; otra cosa es que la valoremos, que aquí cada cuál, que decía aquél. 

Carlos forma parte de todo esto y sería injusto negar que por el simple hecho de integrar El Circo perfectamente podíamos darnos con un canto en los dientes por seguir contando con él. Pero bueno, empapados de la vitriólica y anglosajana, y mentirosa, cultura del winner and loser, a la gente no le da para ver más allá de la punta de su nariz y entiende que o eres campeón del mundo o no eres nada en Fórmula 1.

Y bien, el caso es que en el proceso de destilación que lleva a los pilotos a la máxima categoría de la competición del automovil y les permite permanecer en ella, lo cierto es que con alguna lagunilla anecdótica, así, a tontas y a bobas, acumulamos dos décadas con presencia española en la cúspide de nuestra actividad.

Reconozco que a estas cosas les doy mucha importancia aunque comprendo que haya quien no le dé tanta. En todo caso, Sáinz está ahí y su figura ayudará a prolongar nuestra legendaria estirpe formulera. 

¿Dará el asunto para un nuevo Mundial de Pilotos? Pues aquí casi que me pido el comodín de la bruja Lola antes de que llegue el típico gilipuertas y encadene en la misma frase los conceptos «españolito de turno» y «conspiración». Si ha de ser, será, y si no, pues que nos quiten lo bailao. Lo que no se puede negar es que Carlos está entre los 20 mejores de nuestra disciplina, que ha escapado de la trituradora de herr doktor Marko, y que en cuanto concluya su etapa en Renault se dispone a iniciar otra más prometedora en Woking.

Yo diría que es una fantástica propuesta de menú para los próximos años, pero en fin, si hay quien ya está poniendo peros a todo, a lo mejor habría que recordarle que tanto que nos preguntábamos qué iba a suceder cuando Fernando dijese ¡basta!, habrá que admitir ahora que, posiblemente, estemos ante la respuesta, y que como malgastemos la oportunidad, a lo peor después del madrileño sí que no hay nada...

¿Qué será de Carlos? Creo que resulta obvio: va a tener que luchar como un jabato por lograr hacer más grande aún el hueco que se ha labrado en la actualidad, pero, claro, si no valoramos en su justa medida que tener un español en la Fórmula 1 es ya una circunstancia que debería animarnos a sacar pecho, como que puede sobrar todo lo demás. No comparto esta perspectiva pero la entiendo. Cada uno se acompleja con lo que quiere. Faltaría más que viniese yo a decirle que es idiota del culo.

Os leo.

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