sábado, 28 de abril de 2018

El quinto de Checo


A nivel de plumillas y gacetilleros nos queda un aterrador paisaje yermo por delante. Si pensar un poco ya venía resultando bastante caro, la cosa de hacer funcionar las neuronas se está poniendo tan cuesta arriba que me he cogido unas afoticos de los gurúes tuiteros, y con ellas me he hecho un par de estampitas y un escapulario de los que jamás me separo, ¡por Dios!

Escribía hace escasamente un día y medio que a nuestro Lewis le hacía falta un Balboa o un Dunn como personal coach [¡Qué drama, queen!], y al de unas horas aparece don Bernard Charles Ecclestone para venir a decir prácticamente lo mismo: «He doesn't seem to be the Lewis that he was before. I don't know whether it's me - but when you talk to him and see him act the way he acts generally, he's not the racer he was. But maybe he just getting a little bit tired of travelling and he's fed up with things...» [Lewis Hamilton not the racer he once was].

Casualidades o no —es obvio que Bernie no lee Nürbu; o sí, quién sabe—, lo cierto es que cuanto te molestas en pensar por tí mismo sin esperar a que suene la campanita de Sky Sports o Autosport, etcétera, aumentan las posibilidades de que compartas perspectiva, enfoque u opinión, con gente de la que se dice que «sabe algo del tema».

Y es que el sentido común, siendo el menos común de nuestros sentidos, te permite observar que el cielo se pone negro como sobaco de grillo, por ejemplo, y sacar como conclusión más razonable que va a llover sin necesidad de haber cursado previamente Grado en Ciencias Ambientales.

Pero a lo que vamos. Con todo este embrollo de que Lewis está atravesando un bache (que pasará, sin duda), a mí me vienen a la cabeza la cantidad de pilotos de la parrilla que pagarían a Shylock con un kilogramo de su propia carne, con tal de gozar en su carrera profesional de una miserable oportunidad comparable. 

Por desgracia, la Fórmula 1 no suele mostrarse generosa con quien piensa que no lo merece. Sergio Pérez es uno de estos, pero si, un suponer, al de Guadalajara le damos cuatro títulos y le ponemos bajo el culo un W09 de Brackley, cualquiera con dos dedos de frente apostaría incluso lo que no tiene a que el mexicano iría de cabeza a por el quinto. Sin bajones ni baches ni pamplinas. Y a esto se le ha llamado siempre actitud, y me parece perfecto que queramos defender a Lewis o cantarle las nanas del velociraptor, pero lo que no me parece muy sano es insistir una y otra vez en su estatus de intocable.

Cualquiera en su misma situación se enfrentaría a la realidad de manera sustancialmente diferente, desde luego más madura. Checo lo haría, de forma que creo que es legítimo reclamarle al británico que despierte. No es un cualquiera, ¡coño, es tetracampeón y el defensor del título!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin ser un piloto que me guste más que otros, creo que se ha dejado ver en la Q3 de Australia tal y como es. Un chulo que usará toda ventaja que le proporcione el equipo para ganar.

7 décimas. Quizás la organización se lo haya dejado muy claro a Mercedes. Si hay dominio que no cante demassiao.

Yo arriesgaría que el año recién comienza, y Ferrari debe brillar un poco. Necesariamente, para bien del espectáculo. Las primeras carreras han sido muy, pero que muy extrañas.

Yo lo veo contenido, mordiéndose la lengua, hablando poco. Esperando que acabe la veda, y le vuelvan a dejar usar todo el gas.