Más tarde explicaré cómo precisamente en esta entrada se acababan para mí las expectativas de victoria, cómo precisamente a esta hora comenzaba a acumular un retraso considerable porque inevitablemente he acabado durmiéndome como un bebé, y cómo precisamente en el instante en que estoy retocando el párrafo de inicio de un texto que debería haberse publicado a las 06:00 pero que por error no lo hizo, salgo de garajes y toco pista de nuevo, concretamente a las 10:17 del domingo 15 de junio.
Evolución, sí evolución, vamos con ello.
Basta mirar la foto de arriba para comprender cómo han cambiado las cosas desde unos pocos años después de que las 24 Horas de Le Mans amanecieran para nuestro deporte hasta la actualidad.
Si la hermosa bestialidad del Bentley Speed Six se mostraba arrogante desde el inicio mismo del vehículo, en el Audi R18 Quattro apenas hay rastro de ella. Sí, el coche alemán es bello de narices, sutil y maravillosamente elaborado, pero su soberbia fortaleza queda emboscada bajo un ejercicio de aerodinámica que impide que veamos lo que destila precisamente el trasto británico.
En los comienzos de la mítica prueba francesa había que vencer con unas fuerzas que resultaban muy complicadas de ocultar. Los coches que corrieron casi ininterrumpidamente desde 1923 a 1939 —falló la edición de 1936 y la Segunda Guerra Mundial primero y la inevitable posguerra después, obligaron a una década de sequía automovilística en La Sarthe— eran eso, coches como los que se podían ver en las avenidas de algunas ciudades o paseando sus siluetas por la campiña en una tarde de merienda. Vehículos en todo caso que tras los necesarios retoques para enfrentarse a la carrera, apenas distaban poco de sus originales.
Es obvio, o a mí me lo parece, que el concepto resistencia en aquella época gloriosa era un mucho más honesto y atinado que hoy en día, ya que había que resistir durante un día completo y cruzar la meta casi con el coche sport de los domingos. Es una exageración, sin duda, pero no importaba tanto la velocidad alcanzada como la consistencia y el cuidado del propio vehículo, auténtico eje de la actividad. Los récords que no implicaran la distancia recorrida importaban bastante poco. El triunfo sí, pero el kilómetro devorado era el auténtico valor en juego. Más kilómetros que nadie, pero sobre todo, más que el ganador de la edición anterior, lo que obligaba a ser más rápido también.
Sin embargo, la especialización se iría abriendo paso alrededor de la figura del vehículo defensor o retador y con el transcurso de las diferentes ediciones, la focalización se haría aún más y más intensa. Los récords cobraron más entidad y el propio devenir normativo y deportivo de la prueba acabaría haciendo el resto, trayendo las 24 Horas de Le Mans hasta nuestros días...
Y así, la hermosa bestialidad del Bentley Speed Six se corresponde a una época en la que enseñar musculatura debía formar parte del decorado que rodeaba a los héroes de Le Mans, y sin embargo, el Audi R18 Quattro o el E-Tron Quattro que va liderando la carrera de este año no necesitan mostrarla más allá de sus delicadas líneas sencillamente porque Le Mans ha evolucionado al compás de los tiempos hasta definirse como un espacio único y exclusivo que apenas necesita explicación pues lleva con esta, ochenta y dos ediciones a cuestas, con lo cual, enseñar músculo ahora, además de ser redundante en un circo en el que todos lo muestran de una u otra manera, o se da por sabido que lo ocultan, resultaría además contraproducente porque mal que queramos, vivimos para bien o para mal en el mundo deportivo que dominan las sutiles alas con ruedas.
Es obvio, o a mí me lo parece, que el concepto resistencia en aquella época gloriosa era un mucho más honesto y atinado que hoy en día, ya que había que resistir durante un día completo y cruzar la meta casi con el coche sport de los domingos. Es una exageración, sin duda, pero no importaba tanto la velocidad alcanzada como la consistencia y el cuidado del propio vehículo, auténtico eje de la actividad. Los récords que no implicaran la distancia recorrida importaban bastante poco. El triunfo sí, pero el kilómetro devorado era el auténtico valor en juego. Más kilómetros que nadie, pero sobre todo, más que el ganador de la edición anterior, lo que obligaba a ser más rápido también.
Sin embargo, la especialización se iría abriendo paso alrededor de la figura del vehículo defensor o retador y con el transcurso de las diferentes ediciones, la focalización se haría aún más y más intensa. Los récords cobraron más entidad y el propio devenir normativo y deportivo de la prueba acabaría haciendo el resto, trayendo las 24 Horas de Le Mans hasta nuestros días...
Y así, la hermosa bestialidad del Bentley Speed Six se corresponde a una época en la que enseñar musculatura debía formar parte del decorado que rodeaba a los héroes de Le Mans, y sin embargo, el Audi R18 Quattro o el E-Tron Quattro que va liderando la carrera de este año no necesitan mostrarla más allá de sus delicadas líneas sencillamente porque Le Mans ha evolucionado al compás de los tiempos hasta definirse como un espacio único y exclusivo que apenas necesita explicación pues lleva con esta, ochenta y dos ediciones a cuestas, con lo cual, enseñar músculo ahora, además de ser redundante en un circo en el que todos lo muestran de una u otra manera, o se da por sabido que lo ocultan, resultaría además contraproducente porque mal que queramos, vivimos para bien o para mal en el mundo deportivo que dominan las sutiles alas con ruedas.
2 comentarios:
Ya apunta el alba, pasó la noche empapada de sudor gasolina y velocidad, pero la batalla no cesa, unos luchan por la victoria otros por llegar a cruzar la línea de meta, todos juntos serán los héroes de la contienda, los caídos rotos y heridos prometen venganza, gracias por tus palabras en la noche del motor.
Amigo Valenti, me he dormido como un gañán :P Pero después de valorar los daños y sabiendo que no voy a cumplir con mi apuesta, así y todo voy a recuperar el tiempo perdido por ver si concluyo esta aventura con las 25 pinceladas terminadas a las 3 de la tarde de hoy domingo ;)
Un abrazote y gracias por tus palabras ;)
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