Sebastian estrena en Canadá cuarto motor y su quinta centralita electrónica en lo que llevamos de temporada, lo que supone que a partir de Austria, en Red Bull se las van a tener que ingeniar [y mucho] para evitar que el tetracampeón vea todavía más mermadas sus posibilidades para este año, y lo que es peor, nos pone en la tesitura de que Vettel tenga que comenzar a a pensárselo muy bien antes de apretar el acelerador o los frenos desde ya mismo.
Entre futuros e inevitables combos en la unidad de potencia de su vehículo y más incertidumbre de que la que aconsejaría la actual situación del alemán en el campeonato, los ojos de la prensa y los aficionados llevan tiempo posándose en esa extraña y notable desventaja que muestra el de Heppenheim con respecto a su compañero Daniel Ricciardo.
En este orden de cosas, si bien nadie puede asegurar cuál es el problema que sufre Sebastian para provocar tanta mala suerte a su alrededor, me gustaría aportar mi particular granito de arena para descartar al aussie junior de la ecuación, ya que como apuntamos desde Jerez mismo, Daniel venía de un hierro faenzino y en cierto modo resultaba incluso normal que estuviera sacando astillas del nuevo trasto que Milton Keynes había puesto en sus manos.
Sea como fuere, Ricciardo estrenaba ayer en el Gilles Villeneuve un chasis similar al que lleva usando el vigente campeón del mundo desde el pasado Gran Premio de España y aunque todavía es pronto para aventurar nada, su puesta de largo en el RB10B no fue todo lo óptima que cabría desear durante la primera jornada de libres de la prueba canadiense, lo que me anima a perseverar en esa extraña idea de que antes de apuntar a la inadaptación de Sebastian, tal vez nos resultase interesante echar un vistazo a las similitudes entre el Red Bull de este año y el Toro Rosso del pasado.
Y es que haberlas, haylas, como dicen que sucede con las meigas.
Toro Rosso usaba para su STR8 de 2013 el motor Ferrari Type 056, un propulsor que con independencia de sus penurias y bondades mecánicas, obligaba a que la arquitectura aerodinámica del monoplaza italiano fuese radicalmente diferente al RB9, coche que como sabemos de sobra, condujeron Sebastian Vettel y Mark Webber durante la pasada sesión.
Como no pretendo aburriros con comparaciones y exposiciones prolijas, con vuestro permiso me voy a acercar primero a las evoluciones del diseño de los Sauber de 2012 y 2013 para comprender mejor lo que sucedía en la aerodinámica de los coches que llevaban el Type 056 mientras podemos entender incluso, por qué en Hinwil han errado el tiro con el C33.
Bien, el C31 de Sauber (2012) estrenó ese convencionalismo que denominamos «escapes coanda», pero a la suiza no le funcionó y contra pronóstico, durante el verano adoptó una solución más similar a las propuestas por McLaren y Ferrari en sus respectivos coches, para encontrar un ten con ten sobre la idea original al final de la temporada. El C32 de 2013 bebía de este camino, pero como el tren posterior de su antecesor había resultado muy inestable incluso con los escapes coanda, mostraba los pontones más estrechos de la parrilla con la intención de que el aire llegara lo más generosamente posible a la zona del difusor...
Lo habéis pillado. El STR6 de 2011 ya nos avisaba de la necesidad que tenían en Faenza de llevar mucho aire a la trasera de su vehículo gracias a los graciosos acanalamientos laterales que lo adornaban, de forma que podemos convenir en que la zaga de los coches que montaban motor Ferrari siempre ha ido un poco más suelta en temporadas anteriores que los que llevaban Renault.
De forma que en mi humilde opinión, Daniel se ha encontrado con el nuevo reglamento estrenado en 2014, que precisamente incide en que el tren trasero disponga de menor apoyo aerodinámico, en un planteamiento de conducción consecuente con el que le proponían los STR7 y 8 y lógicamente, se ha encontrado más cómodo que Sebastian sobre un RB10 que cumple la normativa y por ello, resulta mucho más delicado en su zona trasera a la hora de ser pilotado.
El RB10B ha cambiado notablemente este escenario y ahora, es a Daniel a quien le toca adaptarse, así que rogaría un poco de paciencia y algo de generosidad con él, que a lo mejor ni hace falta, si como sospecho, hasta dentro de un par de carreras el australiano da la sensación de que se desinfla.
Os leo.
Os leo.
2 comentarios:
Lo has clavado....
Alvaro.
Creo que el australiano no necesita defensa alguna, un piloto esta siempre para correr y ser mas rápido que su compañero. Al menos eso es lo que le exijo también al alemán siendo su seguidor.
SFNilton
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