sábado, 22 de marzo de 2014

La canción del samurái


El descojono que se trajeron algunos a cuenta de que Fernando mencionó a los samuráis y enseñó su tatuaje en la espalda, solo es comparable al que me embargó a mí en la intimidad cuando quien habiendo llamado buitre a todo lo que se meneaba alrededor de la incertidumbre que rodeaba la salud de un amigo, acabó haciendo trono de su mortaja y quedándoselo, que diría aquél.

La vida es muy perra. Nos reímos hoy del Nano y de sus guerreros épicos o del helado que se tomaba Kimi, mañana de Mark porque afirmaba que quería seguir ganando, y entre medias, de Heikki porque admitía que le gustaría poder seguir soñando...

La vida es muy zorreras pero más lo somos nosotros, que nos reímos de todo y vamos dando referencias como si fuésemos obispos. Tienes en Twitter dos mil o tres mil seguidores, por ejemplo, y te sientes una estrella del firmamento cuando el asturiano dispone de casi dos millones de followers. David Bisbal llega a la cifra de seis y medio y Lady Gaga, ese poema improductivo que ha dejado opaca a nuestra Rossy de Palma, se codea con cuarenta y uno pasados. No somos nada...

No somos nada en el éter sino vapor de caldo de almendras que sueña lo mismo que mi ratón finlandés, que el aussie o Alonso. Llegarán las 2.000 entradas y seguiré en pie pero más dispuesto a dar el salto que antes. Un matiz, sin duda. En todo caso, una necesidad que busco resolver porque la zona de confort me resulta demasiado cómoda y necesito un cambio de aires, de manera que no marcho todavía porque lo primero es cumplir la promesa, la mía, y a ritmo de crucero, y después, atender al ya veremos sin que medie un entierro.

Os he hablado alguna que otra vez de mi amigo que vivía la Fórmula 1 las 24 horas del día, Íñigo. Ayer tomé café con él y lo ha dejado. Se siente abatido por su renuncia aunque no me lo confesó. Argumentó su deslealtad en mil y un problemas derivados de que nuestro deporte lleva tiempo yendo por derroteros extraños, incompresibles acaso, difusos siempre. Demasiado Vettel para ser exactos. Fui condescendiente, lo admito. El fuerte de nuestra afición es la constancia, el esperar, pero soy el primero en entender que esa rutina de resitencia tiene muy poco que ver con la excelencia en velocidad que nos venden, así que le dejé ir vivo mientras se emboscaba entre referencias más o menos mayúsculas a cómo aprieta Lucía, su esposa, o al poco tiempo que dejan los niños (él tiene dos y pequeños; yo solo uno, y grandote).

Lo comprendo, lo comprendo todo, incluso que la arpía vaya dando referencias cuando no me conoce de nada, salvo acaso, de que un día me pidió ayuda para rematar a un amigo sin yo saberlo. Y le di la mano al veneno y le permití levantarse sobre un herido que tarde o temprano enseñaría la bandera roja, y al filo del tiempo te encuentras con uno de los orígenes de todo esto y va el tipo y te dice sin ambages que si pretendes seguirle en la red más rápida de todas por lo que mencione en 140 caracteres sobre Fórmula 1, lo llevas crudo, porque a él lo que le interesa es la vida y sus fenómenos cotidianos, y el scalextric. En definitiva, su ir y venir tranquilito de casa a su base de operaciones. Y lo aceptas porque le respetas ya que se lo ha ganado y porque ¡coño!, se llama Jors y aún nos debemos una cerveza.

Y hoy, 22 de marzo de 2014, recuerdo que tuve maestros a los que debo en parte mi esencia y mi forma de ser, y que hubo hace mucho tiempo un santuario que se llamaba Efecto suelo en el que nos mirábamos, y que todos éramos canallas entonces y que soy casi el último representante de aquello porque a testarudo o suicida no me gana nadie.

Os echo de menos, Fran, Juan... Jorge. Tal vez jamás vivimos la Fórmula 1 las 24 horas del día, como Íñigo, pero a buen seguro la sorbimos de forma diferente a como nos la contaban los gurúes que la siguen exprimiendo ahora mismo ad nauseam.

Los samuráis tambien cantan sin necesidad de que haya entierros. Su historia siempre es distinta. Pero en todo caso, me cabe hoy rescatar que la lealtad se abre paso entre los multicolores acordes que pueblan sus lindes de ruinas y señales difusas, que posteriomente tomarán como faro los que siguiendo la senda que abrimos nosotros, ni sabrán que existimos...

El samurái sueña y canta, faltaría más. Y seguirá haciéndolo, no me cabe duda, porque como diría el gran Henry Miller: «El auténtico líder no tiene que liderar, simplemente está satisfecho con señalar el camino.»

Os leo. A todos menos a ti, hermanita de la caridad maldita.

4 comentarios:

LAN dijo...

También echo de menos a Jors.
Descubrí Efecto Suelo en 2007, siendo fiel feligrés del santuario hasta el día que decidió detener los cochecitos de colores desplegando bandera roja.
Doy las gracias a Jorge por los buenos momentos de F1 vividos en ES, y a ti José, por los que nos quedan por disfrutar en este otro santuario tuyo.
Saludos.

Interlagos dijo...

Yo también echo de menos a Efecto Suelo, al igual que Amigo Flavio y más páginas que fueron cayendo, alguna incluso en la que participaba activamente, aunque siempre a rebufo de gente más sabia y docta de la que poder aprender y que corrían con el peso de la prueba: saludos, Taku y Tadeo

Ahora sólo nos quedas tú y poquito más (suelo echar un vistazo a Carlos Castella de vez en cuando).

Te leo.

Un abrazo!

odicha dijo...

Ya eres el último de Filipinas :)

luison222 dijo...

Hola a todos,

Me ha entrado la melancolía al leer esta entrada... que gran página de F1 perdimos cuando Jors decidió sacar aquella bandera roja... reconozco que pocos posts escribí, pero no faltaba nunca a la lectura de los grandes artículos que allí se escribieron... y no me quiero olvidar de su página sucesora (Tertulias de F1), o de páginas y personajes simultáneos o anteriores (5 ruedas, Zeptem, Primo de Anónimo, Virutas de Goma, Misántropo en Manhattan, El Lince del Paddock, e incluso deberíamos recordar al ínclito Martin Herzog, o Martín Caño, o El Secarral, o como le diese por llamarse a dicho personaje adorador de Schumi y némesis de Fernando Alonso...)

Seguro que me dejo alguno... Que nos queda? Pues naturalmente, El Infierno Verde, Jose Arce y su F1Radical (antigua F1Actual), Paranerdos Digitales, Mis Pasiones de Carlos barazal, Fast in the Pitlane, Carlos Castella ... y como esta nueva F1 de 2014 ya no motiva como antes (o en otras palabras parece un truño descomunal), veremos como evoluciona la bloguería de la F1...

Pero Orroe (permíteme que te llame por tu viejo seudónimo), como han dicho en algún comentario más arriba... "ya eres el último de Filipinas"

Te seguimos leyendo, siempre.