La verdad es que no tenía muchas ganas de escribir esta noche, pero mira, comprobando (una vez más) la enorme empanada mental que llevamos encima, me ha salido la vena graciosilla y me acerco aquí sólo a tocar las avellanitas como tifoso, y a recordar, de paso, lo divertido que sigue siendo el motorsport en su conjunto.
Como conocéis a estas alturas de la película, a pesar de la victoria de Toyota en Sakhir, Ferrari se calzaba el Mundial de Resistencia FIA en Bahrein este pasado domingo, y, bueno, con la emoción nos ha salido John Elkann a celebrarlo en plan Luca Cordero di Montezemolo en la línea de meta del Gran Premio de España 1974, pero en versión grinch, vamos, que en vez de saltar de alegría no ha tenido mejor ocurrencia que abrir la boca para recordar a Charles y Lewis eso de menos hablar y más sudar la camiseta...
Yo diría que el italo estadounidense pretendía hacer una coña a partir de la temporadita que se está cascando La Scuderia en Fórmula 1, chiste que no le ha salido, obviamente, primero de todo porque hace edades que el Presi no pisa calle y se le nota, y luego está que para dar sermones hay que valer. Enzo Ferrari valía, él no.
Pensándolo bien, si hubiese pretendido lanzar una arenga estimulante tampoco le habría salido por todo lo contado en el párrafo anterior, y porque que no era el momento para abochornar al ferrarismo más militante enseñando salva sea la parte a la prensa inglesa.
Y es que, si el Presidente ha mostrado, pública y descarnadamente, que no tiene pajolera idea de lo que se cuece en Maranello ni sabe extraer lecciones de Ferrari AF en Resistencia, huelga decir que no van a llegar las soluciones en el corto plazo y la travesía por el desierto durará todavía un trecho más, en el que Hamilton muy bien puede retirarse, por cierto, y a Leclerc se le pueden hinchar definitivamente los mismísimos cataplines —¡qué paciencia la del muchacho!
Os leo.
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