jueves, 13 de noviembre de 2025

Algo que sobra


Cuando Liberty Media culmine su plan a la Fórmula 1 no la reconocerá ni la madre que la parió, un decir, ya que, poco a poco, van cayendo los últimos baluartes de nuestra actividad y aquí sigue sin moverse nadie, cuando, hace no tanto, los aficionados vendíamos carísima nuestra piel desde cualquier altavoz que nos pusieran delante.

Normal que las momias de lo nuestro vuelvan a campar a sus anchas y los niños del 18, que venían a inyectar savia nueva porque la vieja estaba contaminada, anden alardeando en redes sociales de vendajes recién estrenados, fardando de vasos canopos adquiridos en Amazon, o replicando punto por punto todos aquellos pecados que señalaban en los demás cuando ellos buscaban hacerse un hueco en el establishment.

En fin, vamos a elecciones para Presidente de la Federación Internacional de Automovilismo y hay en el ambiente como un consenso nauseabundo en que Mohammed ben Sulayem no es el tipo adecuado para el puesto y, por tanto, no debería repetir mandato, lo que —¡casualidad!— coincide con el ideario de David Richards y su troupe de estómagos agradecidos. Apeado Tim Mayer de la carrera por el trono de la Plaza de la Concordia sólo quedaba seguir enmierdando al dubaití por aquello de que su reputación no levante cabeza jamás...

Resulta obvio decirlo, pero la peña ha tragado con esto. 

Sabe de Balestre pero no conoce qué pelaje se gastó Max Mosley durante sus mandatos ni el grado de indolencia del que hizo gala Jean Todt en los suyos, ignora por completo que en 2009 estuvimos a punto de colocar a todo un Ari Vatanen al frente del cotarro, y, por supuesto, que todo esto ha venido sucediendo de la mano del paulatino empobrecimiento del llamado periodismo especialista, por la rutina anglófila de nuestra información, y porque las momias, ancianas y jóvenes, siguen moviéndose en los mismos parámetros que hace década y media.

Ben Sulayem no es santo de mi devoción, aunque no me cabe duda de que ha resultado mucho mejor que Mosley y Todt, ya que, al menos, ha sabido convertir la FIA en una china en el zapato de Liberty, aun a riesgo de convertirla para el populacho en algo que sobra.

Os leo.

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