sábado, 8 de noviembre de 2025

Los jueves, milagro


La endogamia ha impedido a la gente guapa percibir el sutil tufillo que ha destilado la Sprint de Sao Paulo, en su conjunto, evidentemente.

Final de campeonato, con McLaren habiendo cobrado ya el Mundial de Constructores y Lando postulándose para Beato en su trayecto a la canonización de Abu Dhabi... Sí, hoy, hace unas horas, parecía el momento  para que nuestros egos más destacados en redes sociales se hayan puesto a buscar sitio con tal de cantar pronto aquello de ¡lo leísteis aquí!, ¡bienvenidos a la F1!, ¡esto siempre ha sido así!, o cualquier otro mantra de esos que hipnotizan al populacho que no sabe de Berlanga ni ha visto sus películas.

Interlagos, uno de los auténticos circuitos que aún nos quedan, complicado, exigente, cruel muchas veces, más sobre mojado.

Y Ferrari va y nos sorprende mostrándose más Ferrari que nunca, y Russell nos sorprende también volando más frágil que otras veces, y Piastri olvidando conducir, pero en esto que en BlueSky los lobos más viejos hemos levantado las orejas y nos hemos mirado a los ojos: ¡No jodas que han elegido el Carlos Pace para que los focos iluminen a los críos de la parrilla! ¡Sujétame el cubata!

Obviamente Norris lo merece, a ver, siempre tiene que haber un campeón aunque sean pocas las veces que nos toca en la tómbola un verdadero campeón. Está bien esto, sí, de verdad lo digo, otra cosa es que no hayamos sabido seguir el rastro dejado en la nieve por el guionista. 

Alfombra roja para el de Bristol y aquí, los datos, las estadísticas y las efemérides van a servirnos de poco, o de nada porque el relato es lo realmente importante. Mañana se dirime la cosa y os contaré cómo queda el asunto de San Dimas vendiendo las virtudes de las aguas del balneario de Fontecilla.

Os leo.

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