jueves, 22 de noviembre de 2018

«Pechito» no es el problema...


... ni Conway, ni Nakajima ni Kobayashi ni Buemi, ni siquiera Alonso lo es. El supuesto problema que afecta a Toyota en el WEC es tan artificial como aburrido. Parte de un planteamiento falso que ha permitido vender muchos titulares a la que se dice prensa especialista en Fórmula 1 que, sin embargo, empieza a mostrar sus costurones y lagunas en cuanto pone los pies en otras disciplinas.

Si lo que está surgiendo estos días sobre el asturiano se hubiese dicho cuando desde las entrañas del paddock se le enseñaba la puerta, a lo mejor alguien habría entendido que lo de La Triple Corona no era un juego y su aventura en el World Endurance Championship tampoco era un premio de consolación para un tipo acabado (sic).

Mal elaborado el análisis prelimirar el resultado no podía ser otra cosa que crap, que diría Bernie.

Toyota ha salvado el WEC quedándose y no es culpa suya que a otras grandes marcas no les haya compensado continuar. Si por un lado es comprensible que la suiza Rebellion llore mucho y constantemente a cuenta de la diferencia entre LMP1 híbridos y no híbridos, por otro, tampoco se puede pensar que hay que exprimir las posibilidades del EoT para limarlas. Las fábricas siempre han tenido ventaja en cualquier disciplina en que hayan participado y la Resistencia no iba a ser una excepción. 

La japonesa es la prima donna en el supercampeonato 1018/19 y por muchas vueltas que le demos va a seguir siendo así. Después de tener apalabrada colaboración con Porsche, puesto que ésta no pudo ser, Fernando vio la oportunidad y apostó por una opción ganadora que sentó como el mismísimo culo a los entendidillos de siempre, quienes no tardaron ni un instante en tratar de devaluarla.

¿Qué queda de todo ello? Polaridades idiotas, así suele llamarse. En Argentina e hispanoamérica escupen al español porque, se supone, todo está organizado para que gane, y en España se empiezan a escuchar voces contra José María (Pechito), tan irresponsables como las que surgen al otro lado del Atlántico, y todo porque algún imbécil apasionado decidió aplicar a la Resistencia el mismo criterio que en Fórmula 1.

Produce mucha vergüenza decirlo, pero el equipo Toyota está compuesto por seis hombres divididos en dos escuadras. Siendo honestos, la del coche número 7 es bastante más fuerte que la del número 8. Mike y Pechito son mucho mejores que Sébastien, Kazuki y Kamui juntos. Pero a lo que vamos, si fuera verdad la gilipollez del campeonato estafa, si yo fuese la nipona habría puesto a Alonso junto a Conway y López y me habría dejado de dolores de cabeza porque la victoria en Pilotos vale igual para los tres protagonistas, es decir, al Nano, supuestamente, se le habría regalado el título y sin necesidad de despeinarse ni que nos despeinásemos los demás.

Pero por esas cosas que tienen los conspiradores malos, según su versión, Toyota escogió en su día los marrones innecesarios y enredarse malamente equilibrando ambas tripulaciones...

No pretendo buscarme más enemigos de lo que ya tengo, la verdad, pero hay que ser imbécil supino para no verlo. Como tripulante del coche número 7, un suponer, el español habría contribuido a las victorias y derrotas de su vehículo pero sin tener que aguantar las chorradas que ha tenido que soportar conduciendo el número 8. Pechito, como decía al principio, no sería un problema en España ni el de Oviedo en Argentina, sudamérica y México.

José María no es el enemigo, es una víctima más de un periodismo que ha perdido el norte hace años, y, obviamente, Fernando no está jugando sobre alfombra roja porque entre las estimaciones y pronósticos más tendenciosos transcurren 6 horas, 24, o los 6.000 kilómetros de Sebring, y hay que lidiar con ellos, y si se puede y te dejan: salir airoso.

No os aburro más. Os leo.

6 comentarios:

Héctor dijo...

La prensa española, especialmente el que escribe en el periódico independiente de la mañana, es cainita e hipócrita. El melón Oriol, que en sus atroces crónicas cada domingo, plagadas de errores, menosprecia a Alonso, jamás escribió nada de la Indy o de las 500 Millas hasta que Alonso participó. Nunca escribió nada del Mundial de Resistencia o las 24 Horas de LeMans hasta que Alonso llegó a Toyota, pero se permite el lujo de despreciar al que, en realidad, le ha dado de comer durante casi dos décadas. ¿Qué estaría haciendo ese patán si Alonso no hubiera existido?

Elín Fernández dijo...

La verdad es que las 3 zonas en América que mencionas y su partidismo "especialista" dan tanto asco que da deseos de vomitar; ewpecialmente la argentina y sus lectores en mayoría.
Estoy casi seguro que la gilipollez nació allí.

karatecla dijo...

Me voy a imprimir y luego enmarcar este post.

pocascanas dijo...

Ni mayorías ni minorías.
Ni nacimientos ni adopciones.
Hace muchos años que entro a este blog y DISFRUTO, así, con mayúsculas, de estas entradas irrepetibles y del sano intercambio de ideas.
Por favor, ya sabemos que mala leche hay en todos lados, pero no nos dejemos llevar, no permitamos que la mediocridad y el fanatismo nos contaminen porque vamos a terminar envileciendo este espacio cuando debemos preservarlo.
Soy Argentino y respetuoso de las ideas ajenas.

Un saludo al capitán del blog y un abrazo a todos (desde el Coño Sur) ;)

Anónimo dijo...

Aquella vez en Madrid, esperando en una farmacia, uno de los clientes se percató de que yo era extranjero y de Sudamérica. Comenzó entonces a dar voces, lamentándose por las enfermedades que traían los de afuera y su impacto en la economía de los nacionales. No recogí el guante entonces, creo se me hizo muy cansino recordarle de cuando los adelantados españoles llevaron la viruela al nuevo continente.

Hay gente que nace para el bulling. Y apuesto a que quien hoy se mete con ajenos, mañana lo hará con los propios. Serán los andaluces por sus siestas, o los catalanes con su egoísmo, y así. Hasta tu propia familia te va a padecer. Ya he visto muchos casos así, Elin.

Soy argentino, y no festejo el gol de Maradona a los ingleses por antideportivo. Debió ser anulado. Diego no ha sido ejemplo de nada fuera de un campo de juego.

Las chulerías de Hamilton, Ecclestone, Whiting, Brawn inclusive... No deberían ser festejadas por los ingleses. Pero es inevitable que así ocurra.

Radicales habrá siempre, y en todas partes. Tan solo necesitan una bandera a la que aferrarse.

Fabian Prieto dijo...

No entiendo cual es el afán de generar polémica donde no la hay. En los deportes de equipo (incluída la F1 y por supuesto, la Resistencia) siempre suele priorizarse el bien del equipo por encima del bien personal. No entiendo cuál es el misterio.