Ya no te acuerdas [Malasia]

He visto la carrera a su hora: Fernando quedaba sexto tras un error de novato al asaltar la posición de Lewis Hamilton, circunstancia que daba al traste con sus opciones de pillar podio, empañando de rondón mis secretas habilidades como lobo chamán. La he vuelto a ver al mediodía, y el guión se ha repetido como si en el mundo ya no quedara espacio para la magia ni para los sueños. Paso de verla de nuevo porque ya sé lo que hay y lo que voy a encontrar.

La prueba malaya me ha encantado tal vez porque a los comienzos de temporada les pido poco, como bien sabéis, o porque si fuera el caso de que pidiera más, el Sepang de hoy dispondría de todos los ingredientes como para quedar satisfecho.

Ha habido adelantamientos, tensión, buenas y malas actuaciones, sopresas como esos Williams que no tiran o ese Kaiser que sigue donde estaba el año pasado, o esos Renault, o ese androide japonés que sigue electrizándome desde su Sauber, o esas luchas fratricidas en Toro Rosso, o esa Hispania que por fin ha recorrido sus primeros kilómetros en la auténtica pelea. O ya que estamos, ese Felipe que sigue siendo una sombra aunque hoy con alguna excusa que otra, o ese Lewis que cada día me gusta más, o esa hormiguita Button que contra todo pronóstico se ha calzado una merecidísima segunda posición, o ese Webber que está gafado...

Por tener hemos tenido incluso la pertinente felonía de esta FIA que siempre busca hueco para chupar cámara y que ha necesitado que terminara la prueba para castigar a un Hamilton que se sabía culpable en su lucha con Alonso, y a éste por el artículo 33, el de siempre, esta mañana por intentar un adelantamiento que al parecer no ha perjudicado al británico pero que ha llevado al español a garajes y a tirar al suelo todo el trabajo del fin de semana.

En otro orden de cosas, conviene plegarse a la evidencia de que los Red Bull van como un tiro cuando nadie les molesta y que Vettel no me ha parecido que iba tan holgado como en Australia. Los McLaren bien alineados, equilibrados y con dos fieras en sus asientos. ¿Y Ferrari? Pues qué quieren que les diga, señoras y señores. La de Maranello está donde este humilde servidor piensa que debe estar: presentando batalla a sus directos rivales hasta que lleguen los refuerzos. En Sepang no ha habido suerte, y como ésta va también en la nómina habrá que seguir confiando en que en un par de carreras los problemas actuales se vayan superando, y si no lo hacen, entonces sí, entonces será incluso adecuado comenzar a buscar culpables. Hacerlo hoy sinceramente me parece demasiado precipitado.

Nos leemos.