domingo, 3 de abril de 2011

Jo Siffert


La historia tiende a ser escrita con pincel grueso, hasta el punto de que hechos sin duda cruciales desaparecen bajo el manto espeso de aquellos otros que por una razón u otra fueron considerados en su momento más importantes.

En la de nuestro deporte obviamente también ocurre, de manera que es comprensible que haya que ponerse a escarbar para desenterrar algunos acontecimientos que originaron que la actualidad sea tal cual la disfrutamos.

Ayer, por ejemplo, tras mencionar de pasada a Robert Kubica en la entrada dedicada a Petrov, recordé inmediatamente a Joseph Siffert, Jo Siffert, un piloto extraordinario que corrió en la década de los sesenta del siglo pasado y que perdió la vida a comienzos de la siguiente en un accidente (Brands Hatch, 1971, prueba fuera del calendario), cuyas trágicas consecuencias revolucionarían el concepto de seguridad que imperaba en la F1.

Sobre Jo es posible encontrar numerosas referencias tanto de su actividad sobre monoplazas como en el mundo de la resistencia, disciplina donde destacaría como nadie por su profunda relación con la firma alemana Porsche —impagable el visionado de una película dedicada a su persona y peripecias sobre el asfalto, titulada «Jo Siffert: Live Fast - Die Young» (2005)—, por lo que no voy a abundar sobre su faceta más conocida, sino más bien aprovecharla para recalcar que hubo un tiempo en que la más absoluta desidia permitía que los pilotos pudieran morir mientras desempañaban su trabajo, que por fortuna hoy tenemos olvidados.

En cierto modo su muerte convulsionó el mundo del deporte del motor de idéntica manera a como lo haría años después la trágica desaparición de Ayrton Senna en Imola (1994), porque ambas situaciones delataron la poca o nula importancia que daban las instancias superiores a la seguridad pasiva que debía rodear a los pilotos y por la que estos llevaban tiempo luchando.

Un toque con Ronnie Peterson en la salida había dañado la suspensión del BRM del suizo en Brands Hatch, originando que con el paso de las vueltas terminara cediendo. Con el vehículo desestabilizado, el piloto terminó perdiendo el control, chocando finalmente contra las protecciones… Envuelto en llamas durante unos minutos eternos —sólo un puñado de extintores funcionaron correctamente—, curiosamente Jo no pereció calcinado ni por las heridas causadas por el accidente, sino asfixiado por la inhalación de los humos generados por la combustión de su monoplaza.

Podía haberse evitado.

A partir de aquel luctuoso suceso se impuso el uso del extintor en el interior del coche (hasta ese momento sólo era utilizado de manera opcional, aunque resultaba poco habitual porque suponía un peso extra), y la revisión anterior a la prueba de todos aquellos que estaban en manos de los comisarios y ayudantes (aunque parezca alucinante, antes no se revisaban). También se obligó a que las escuderías dotaran a sus pilotos de unos pequeños suplementos de aire contenidos en bombonas que les permitieran aguantar lo necesario hasta que el rescate fuese posible.

2 comentarios:

J-CAR dijo...

Recordar que en las tablas estadísticas de aquellos años el símbolo + aparecía con la misma naturalidad que cualquier otro (3º, NS, NC, Ab…), y que tenía un significado muy distinto del que intuiríamos en una tabla de hoy en día, pone los pelos de punta.

“…ponerse a escarbar para desenterrar algunos acontecimientos que originaron que la actualidad sea tal cual la disfrutamos”
En F1Racing me he encontrado una curiosa sorpresa. Se trata de un prototipo 4X4 que intentó construir y hacer correr Cosworth en 1969. Encargaron su diseño a Robin Herd tras birlárselo a McLaren y trataban de convencer nada menos que a Jim Clark. Pero lo más interesante es la curiosa forma aerodinámica de sus pontones y un morro doble con un pequeño divisor de flujo incorporado a este.
Encontré alguna foto:
http://fr.academic.ru/pictures/frwiki/67/Cosworth_F1_car.jpg
http://img.motorpasionf1.com/2009/11/cosworth-prototip-1969.jpg
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días.

J-Car ;) Sí que los pone, amigo. Las muertes estaban a la orden del día y gracias a este grandioso piloto suizo, comenzaron a no ser la norma hasta pr´caticamente desaparecer tras el accidente de Senna.

Y en cuanto al Cosworth, es una pequeña maravilla que podría haber abierto un camino que hoy ya recorremos :P

Un abrazote

Jose