¡Te hemos jodido! [Brasil]

Entre el exceso de trabajo y el sueño que me tumba en cuanto las farolas comienzan a iluminar las calles, había dejado a medio terminar mis conclusiones sobre el devenir de Brawn GP, cuestión que quería zanjar antes de que diera comienzo la cita brasileña por aquello de sentar un poco de cátedra —¡total, por tirarse a la piscina, que no quede!—. El caso es que como bien sabéis, llevaba días planeando a baja cota sobre el escenario planteado alrededor de la cosa de si Jenson sí o no, que ha sido que sí y por el artículo 33, y es que, como trataba de decir hace un momento, tras unos días de descanso esperaba reestrenarme hoy domingo con algo sabroso que llevarme a la boca, pero no, porque para variar, tenemos nuevo campeón del mundo, y por tercera vez consecutiva, de lo más anodino.

¿La carrera? Sinceramente me ha importado un pimiento en cuanto he visto a Rubens salir de los garajes perdiendo segundos, haciendo aguas como si le hubieran agujereado el casco (¿a qué me recuerda?). Sí, el comienzo de la prueba ha sido incluso interesante, pero comprendedme, ver como un tipo que sale desde la pole pierde una carrera porque su equipo se encarga de que la pierda, hace que me lleven los demonios, ¿qué queréis que os diga?

Hablaba estos días pasados de que Ross se iba a ver en una encrucijada en la que se había metido solito después de que la FIA le regalara el campeonato, pero medía mal mis fuerzas, tengo que reconocerlo, porque el ingeniero listo de Benetton ha resuelto el asunto por las bravas, destrozando la carrera y buen nombre de uno de sus pilotos para favorecer los logros de una escudería que ha olido a beneficiada de una tangana gruesa desde que se dio el banderazo de salida en Melbourne. Para más bemoles, todo esto ocurre bajo las medidas que impuso la FIA por favorecer el espectáculo evitando las órdenes de equipo, y el caso es que llevamos tres años consecutivos en que las órdenes de equipo siguen funcionando aunque de manera barriobajera. En 2007 al que le hacían astillas los suyos era a Fernando Alonso a favor de Lewis Hamilton, ambos en McLaren, con carambola mágica a favor de Kimi Raikkonen. El año pasado al que le pasaban por la piedra era a Heikki Kovalainen para que relumbrara su colega Hamilton, mientras la inanidad de Ferrari hacía el resto. Y este año le ha tocado a Rubens Barrichello, sucumbiendo a la mezquindad de Ross Brawn, quien no ha tenido agallas para dejar que la deportividad pusiera las cosas en su sitio.

Bien está que Jenson haya ganado el campeonato mundial de 2009 (¡otro británico, of course!), pero ha sido de una manera demasiado triste, yo no puedo decirlo de otra forma, ni me da la gana. Tan triste como la conversación en que Rubinho pedía explicaciones por su pérdida de ritmo a su muro, y recibía por contestación un ¡Estate tranquilo! que sonaba a ¡Te hemos apuñalado por la espalda, colega. Te hemos jodido, amigo, pero no protestes!

Lo dicho, una mierda que por fin parece que se acaba.