Pasado el momento melodramático ocasionado por la venta de Williams al fondo Dorilton Capital, secadas las lágrimas que derramamos porque un trozito de nuestra historia nos decía adiós con la manita, Jos Capito y su gente han devuelto la ilusión a los seguidores de la británica, que en estos momentos navega octava en el Mundial de Constructores con un saldo de puntos sobre Alfa Romeo que permite barruntar que será así como acabe el campeonato.
Lejos de Aston Martin pero cómodamente instalada por delante de Hinwil —16 puntos de diferencia (23 a 7) pueden ser defendidos con facilidad en lo que queda de temporada—. El FW43B se ha mostrado bastante mejor que lo estimado la última que hablamos de él, allá por agosto [Aúpa ahí, Grove (Williams)].
Sea como fuere, el desempeño ha sido notable y ahora sólo resta proteger lo conseguido mientras Williams se centra por completo en el coche de 2022. La tarea por delante parece en principio sencilla y, aunque todavía está por ver el grado de implicación de Alex Albon en el que será su monoplaza el año que viene, todo indica que la octava plaza está bien amarrada y que esta circuntancia de tranquilidad en el seno de Grove puede darnos alguna sorpresa agradable en las cinco carreras que quedan.
Os leo.
2 comentarios:
Al menos se está invirtiendo una triste tendencia: los equipos al fondo de la parrilla ya no son los motorizados por el motor más potente de la misma.
Triste dato que solo retrata aún más al 'vampiro Wolfito' y a la sumisa Claire que no heredó en forma alguna el carácter combativo de su progenitor. Hizó su bandera homenajeando a la cobardía y el miedo a perderlo todo y, de la misma forma, la perdió.
Ay, si en vez de aceptar como accionista al vampiro hubieras negociado I+D con transferencias de personal y convenios de colaboración.
La pasta rápida se pierde de igual manera.
Corrección de erratas: 'la pasta rápida ...'
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