miércoles, 27 de octubre de 2021

La reivindicación

Ni en sus sueños más húmedos habría imaginado Ecclestone que la porción más tonta de la afición a nuestro deporte iba a ser la principal defensora de su legado.

El británico montó un Paddock Club exclusivísimo de la muerte en el que no tenían cabida los sin suerte en esta vida y las treinta siguientes. Durante años pasó del culo de la siempre fina aristocracia de redes sociales, recordando que la Fórmula 1 era indicada para triunfadores y septuagenarios que gastaban Rolex en su muñeca, no para la plebe. 

Ecclestone levantó su tinglado sobre una base corrupta donde unos pocos equipos decidían por todos, donde el tráfico de influencias estaba a la orden del día, donde fluían sobres barcénicos cuando la ocasión lo merecía, donde los equipos que sobraban sufrían las penas del infierno, donde determinados pilotos siempre gozaban de «la suerte del campeón» o «la suerte del novato», donde sólo algunos se parecían a Senna, donde el proveedor único de compuestos cambiaba la baraja a mitad de partida, etcétera, etcétera, etcétera.

Y lo consiguió sobornando con regalos y ventajas sobre la competencia a una prensa dócil con el amo, que besaba las huellas que dejaba a su paso Bernie el imprescindible [Magic Moments], y manteniendo en la FIA a un hombre clave que en determinados momentos facilitaba que el fiel de la balanza se inclinase siempre hacia el lugar indicado, papelón que en su época interpretó a las mil maravillas Charlie Whiting y bajo el pabellón de Liberty Media está desempeñado por Michael Masi...

No me enredo. El problema de Masi es que no es Whiting, pero su principal handicap reside en que Liberty prometió renovación y el Código Deportivo (y el Reglamento Técnico) continúa siendo administrado de aquella manera, beneficiando a quien corresponde y castigando con contundencia a quien no es considerado un elegido por el establishment.

Y bueno, un tipo que tiene cierta experiencia respirando cómo se aplica la Normativa en otros ámbitos del motorsport (WEC, ACO, Dakar, 500 Millas de Indianápolis...), tuvo a bien reivindicar en Austin el mínimo exigible a toda actividad deportiva, incluida la Fórmula 1: que las reglas sean iguales para todos los participantes, y os podéis imaginar a quién siguen criticando los tontitos a estas hora.

Os leo.

1 comentario:

Erathor dijo...

El tema y la ironía de la cuestión es ese. Que anda que no se ha papado reglamentos y sufrido penalizaciones en las otras categorías sin quejarse.

Pero la corrupción es la corrupción.
Lo peor es que ahora los pilotos siguen el juego y no rechistan ni uno. A Picket hubieran pillado en una de estas...

Para mi la F1 ha perdido gran parte de su esencia con las escapatorias de asfalto. Se han perdido los adelantamientos por el exterior, las ruedas traseras mordiendo por encima del piano de tal forma que un mm más y harías un trompo... Y lo peor, los pilotos están perdiendo el respeto a los otros pilotos y la pista.

La ostia de Silverstone que le dio Jaimito a Max podría hacer sido muy grave.