viernes, 1 de octubre de 2021

Al 2 y amarillo

Hemos mencionado esta curiosidad en alguna otra ocasión pero anda Nürbu como para encontrar nada... En fin, estrenamos octubre y puesto que el Pisuerga pasa por Valladolid y hace poco tocábamos el circuito de Estoril en 1986 [Un OVNI en Estoril], creo que viene de perlas recordar que durante el Gran Premio de Portugal de ese año, disputado en el Autódromo Fernanda Pires da Silva el 21 de septiembre, McLaren vistió sus dos MP4/2C con decoraciones distintas.

La clave de todo aquello era que la firma de tabaco norteamericana pretendía promocionar una línea baja en nicotina que recibía en el mercado la denominación Marlboro Ligths, de manera que el monoplaza de Alain Prost llevó la librea Marlboro estándar, llamémosla así, y el de Keke Rosberg otra en la que el rojo característico había sido sustituido por un amarillo yema claro.

El evento no tuvo continuidad —en el Gran Premio de México, siguiente prueba, los dos coches volvieron a vestir idéntico—. Se dice que Ron Dennis nunca vio del todo bien la iniciativa y decidió no volver a jugar con la librea de sus vehículos. Maniático como él solo para según qué cosas, el patrón de Woking había conseguido que McLaren fuese ejemplo y distintivo de orden y pulcritud en el paddock y no quiso exponerse a que perdiera sus señas de identidad ni siquiera por contentar a su patrocinador principal.

Sea como fuese, aquel MP4/2C peculiar acabó abandonando por rotura de motor en el giro 41 de los 70 que componían el Gran Premio de Portugal. 

Vencía Nigel Mansell en Estoril sobre Williams, con Prost en segunda posición y Piquet en la tercera. El francés revalidaría finalmente su título conseguido la sesión anterior, y Rosberg, el Campeón Mundial de 1982, incómodo durante toda la temporada 86, anunció su retirada al finalizarla, y entre las razones que esgrimió estuvo la de querer pasar más tiempo con su familia y su hijo Nico, que por entonces estaba a punto de cumplir el año y medio de edad.

Os leo.

1 comentario:

Elín Fernández dijo...

Qué bonito lo cuentas todo.