Si os soy sincero, diré que no veo nada reprobable en la actitud de quienes están leyendo la carrera de este mediodía en términos de quién se la pega con quién, quién saca de la pista a quién, o quién araña los ojos o tira de los pelos a quién con tal de llegar por delante a la primera curva. No son pocos, precisamente, pero lo tonto, si me permitís decirlo así, es el postureo buenista que impera en redes sociales, donde buscar hueco entre los apasionaditos que nos sobran sólo significa que algunos están muy faltos de palmaditas en la espalda.
Honestamente: ya era hora de que afrontáramos las carreras con el mismo talante de hace décadas, cuando los gladiadores hacían grande El Circo sin que viniera nadie a explicárnoslo.
Os leo.
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