Pépinot [I]

La vida pública es muy jodida, a uno lo llaman optimista y tiene la obligación de defenderse por salvar el cuello y preservarse del qué dirán. Bien, vale, reconozco públicamente que a veces tomo rutas arriesgadas, o que me meto en berengenales de difícil salida con ánimo resuelto, pero lo hago por el simple hecho de sentirme vivo, de forzar mi memoria y mi capacidad de cálculo para que sigan vivas. Ingenuamente pienso que así los años me pesarán menos, y lo doy por sobreentendido cuando me enfrasco en estos viajes diarios, o casi, sin pensar que a veces el optimismo, mi optimismo, puede sonar a burla o a excesivo choteo… Pero andáis ahí, y para la sustancia de este blog sois incluso más importantes que yo, y lo digo en serio. Aprendo, aprendo mucho más de vuestros comentarios de lo que os puedo ofrecer con mis iconoclastas afirmaciones o con mis idas de olla, y eso sí que es estar vivo, vivo de cojones, si me lo permitís, porque en los tiempos que corren, poder seguir aprendiendo es un auténtico lujo que atesoro y disfruto cada día.

No me enrollo. En una de esa vías muertas que son las entradas pasadas, mientras en la capitana se debatía de otras cosas, Mr. Proper y yo manteníamos una animosa charla sobre la situación actual del R29, y la cosa se estaba quedando tan atardecida que he decidido traerla a primera plana por explicarme un poco, y en dos partes, para que la discusión poesterior pueda sernos de provecho.

Comencemos pues. Soy optimista con el ornitorrinco porque lo lleva Fernando, evidentemente, pero porque hay también razones de peso para mi optimismo (creo) que merece la pena escenificar. En primer lugar diría que aún es pronto para hacer un debate serio, pero como este año, entre la pretemporada tan tonta que hemos tenido y el inicio de temporada tan raro que hemos sufrido, el tramo hasta Barcelona se nos ha quedado corto y habrá que esperar a Turquía para barruntar algo con sustancia. Pero como la situación manda, voy a hacer un salto del ángel a piscina vacía.

Lo primero de todo pasa por admitir que no estamos asistiendo a un solo campeonato, porque en sentido estricto hay dos que han ido confluyendo. En el primero metería al que llevan entre manos los llamados equipos gangs, o sucios, como prefiráis, los que aprovecharon el doble difusor y pasaron del KERS, y en el segundo a aquel en el que intervienen los leales al reglamento. En este orden de cosas, creo que también podemos establecer que gracias a la FIA, el primer campeonato ha disfrutado de una enorme ventaja sobre el segundo, y que éste se está recuperando como buenamente puede.

Dicho esto, si analizamos el comportamiento del grupo aventajado atendiendo a su propia dinámica, vemos en seguida que Brawn mantiene intactas sus opciones, y que Toyota y Williams acusan cierto cansancio. Repito que aún es pronto para decirlo, pero hay indicativos de que estos equipos han comenzado a tocar techo. Yo lo achaco a que comparten propulsor, y a que el rendimiento del motor, por falta de flexibilidad o de potencia, o de ambas cosas a la vez, no está permitiendo a los vehículos aprovechar el potencial de sus soluciones aerodinámicas.

Ahora bien, si analizamos el comportamiento del grupo atrasado, nos encontramos con diferentes respuestas al mismo problema (recuperar el terreno perdido), y por lo tanto con diferentes soluciones.

Por razones de espacio, si me lo permitís, voy a eliminar de antemano a Toro Rosso y a Force India para aligerar la ecuación. Bien, nos quedan cinco escuderías: Ferrari, McLaren, BMW, Red Bull y Renault. Obviamente, de todas ellas destaca Red Bull con la inteligente propuesta de Adrian Newey y el apoyo del renovado motor RS27 de Renault, y por tanto lidera el grupo con bastante solvencia. Inmediatamente detrás comienzo a encontrar problemas de valoración.

A mi modo de ver, BMW, tras un inicio de temporada esperanzador se ha diluido como un azucarillo en un vaso de agua a la espera del doble difusor que llegará en Istanbul Park. McLaren, que comenzaba aquejado de graves problemas de eficacia, parecía resolverlos conforme se iban sucediendo las carreras, pero en Montmeló volvía a mostrar que sufre un error de concepto grave que parece de difícil solución sin entrenamientos. Ferrari, tras un inicio para olvidar, sin nada que perder, ha atajado por la calle de en medio aliviando el chasis para mantener el KERS y poder hacer un mejor reparto de pesos.

A tenor de los resultados, y siempre bajo mi personal prisma, yo diría que McLaren ha tocado techo a su manera y que BMW ha desperdiciado demasiado tiempo en reaccionar. Lógicamente son dos escuderías que tienen muchas posibilidades y que por su historial no deberían ser descartadas a la ligera, pero lo hago en el caso de McLaren porque veo difícil que sepan abordar las soluciones correctas con Lewis y Heikki al volante y con Pedro en el simulador, ya que todo indica que este año la experiencia en la pista es la que arroja luz sobre los problemas; y en el de BMW, porque es un equipo de reacciones lentas, que siempre tarda lo suyo en tomar decisiones y ponerlas en práctica. El camino de Ferrari sí me parece interesante, y si el equipo se pone las pilas va a estar en la cabeza en breve.

Queda Renault, que tras un comienzo de temporada muy limitadito, comenzaba a tomar medidas en la tercera carrera, probaba soluciones en la cuarta, y tomaba senda firme en la quinta.