martes, 31 de julio de 2012

#elalmaF1


No quiero decir adiós a julio sin dedicar unas líneas a ese imperio del espectáculo que vela por nosotros pero que no nos atiende. Mientras escribía la entrada de esta mañana y reflexionaba ante vosotros y por enésima vez, sobre la extrema importancia que tienen las ruedas en un deporte en el que son lo de menos porque hasta hace nada iba de mecánica y de cabezas y manos de pilotos, he recordado el precioso vídeo que nos regaló Red Bull sobre el circuito de Terramar, en el que el introductor y narrador principal decía cosas como éstas: «El ser humano es quien implanta la norma y el motor responde. El coche tiene que tener el alma del ser humano, si no, es una máquina que no vibra. [...] Los circuitos actuales han perdido humanidad…» 

Dentro de nada este blog cumplirá cinco años de vida (ésta hace la entrada número 1.352), y a pesar del cansancio que a veces me sacude y que ha empapado algunos de sus textos, puedo decir honestamente que siempre que he podido he escrito sobre el ser humano que conduce los monoplazas, ese tipo sobre cuyas espaldas se levantan las silly seasons, pero que al poco de iniciarse la temporada —ésta, la otra y la de más allá—, desaparece para ser arrinconado por la aerodinámica, las prestaciones, los balances en orden de marcha, las suspensiones, los mapa/motor y por supuesto, los neumáticos, quedando desterrado por la omnipresencia de los ingenieros, su magia y sus mil y una maravillas, auténtico abrevadero de los medios que nos alimentan, sencillamente porque vivimos tiempos en los que el hombre no importa.

Son molinos, Sancho... [Hungaroring]


Comprendo perfectamente a los proveedores, he trabajado más de media vida con ellos y sé perfectamente que hay momentos en los que hay que plegarse a los dictados de la carne. Así, Pirelli, que ha endurecido ligeramente sus compuestos con respecto a los usados el año pasado, nos venía al G.P. de Hungría con una elección de gomas más dura aún que la usada en 2011.

La temporada pasada la firma italiana llevó a la cita magiar los superblandos y los blandos (vitolas roja y amarilla), elección bastante adecuada para un circuito con firme sucio, deslizante y bacheado, que precisa de buen desgaste si se quiere obtener a cambio buena tracción.

lunes, 30 de julio de 2012

Amigo Míjael


Valorar lo que sucede en Mercedes AMG se me hace harto complicado. Se rescataron a sí mismos del olvido para recordarnos a todos que hubo un tiempo en el cual la estrella de tres puntas infundía aunténtico miedo. Tardaron algunos años en labrar la rotundidad de su eco con una guerra mundial en medio, cincuenta en mantenerlos vivo y apenas tres en hacerlo añicos, todo un récord.

Las silberpfeile carecen de punta en la actualidad, y si nos ponemos, también de brillo. Brawn y Haug, o Haug y Brawn, que tanto monta el uno como el otro, han conseguido convertir a Mercedes en una pantomima sobre los circuitos de F1. Nada parece funcionar en la escudería de Brackley, y si lo hace, chuta durante un tiempo tan breve que al poco la hazaña se evapora en el recuerdo. Segundona, pastosa, errática y demasiadas veces inane, la otrora cuna de leyendas del automovilismo, se deshace sobre los asfaltos de Bernie sin que nadie parezca poder o querer remediarlo.

domingo, 29 de julio de 2012

La sombra del tutor


Hace una calor peregrina —que viene, que viene; que va, que va; sin saber ni de dónde ni adónde, claro está—, total, que antes de meterme en harina con la crónica del G.P. de Hungría para Diariomotor, me ha dado por echar un ratito mientras hago la digestión, escribiendo sobre esa cosa tan rara que le está sucediendo a Red Bull.

Vale, si no fuera por lo grave que parece, podría ser incluso que la autriaca estuviera pasando por un bache pasajero, aunque más que un socavón, ésto que sufre parece un agujero negro ya que hubo imperios que si mal no recuerdo, tardaron más en venirse al suelo, porque el caso es que estamos hablando de la escudería que ha dominado las tres temporadas anteriores y de forma consecutiva (2009 también entra porque Ross les dio palpelo con cartas marcadas), y el desinfle que está escenificando no encaja en el cuadro ni con calzador.

Barriendo para casa


Por alguna extraña razón me encuentro bien, y hoy, domingo como todos los domingos, he comprado antes de tomar el café los diferentes diarios para que se entretenga la familia, y me he dado de bruces en la portada del Magazine de El Mundo con nada menos que Gunilla Von Bismarck, la que fuera musa verbenera de don Gil y Gil, afirmando «Los españoles tienen que gastar menos, no tantas fiestas y trabajar más.»

Inocentemente he pensado nada más leer la frase, que la bisnieta de don Otto le estaba lanzando algún tipo de mensaje subliminal a su compañero de toda la vida, don Luis Ortiz, pero mi cabeza ha rechazado tan elevado pensamiento para viajar hacia el pasado y dar con el tipo de la imagen que decora esta entrada, el manús que disfrazado de camuflaje urbano y sombrero negro, aderezó con su atimbrada voz los prolegómenos del G.P. de Alemania desde su improvisado altar a pie de pista, unos metros por delante del juguete de Maylander.

sábado, 28 de julio de 2012

Lewis en el espejo


No había que ser un lince para vislumbrar que Hamilton iba a intentar ganar el G.P. de Hungría desde la misma calificación. Va con su temperamento, y este año 2012 que vamos corriendo como pesadas cortinas de plomo, habiendo podido ser la oportunidad que necesitaba el británico para borrar aquél estúpido renglón torcido que supuso 2008, la temporada se abría en canal bajo sus pies tras el abandono en Hockenheim, como un abismo negro.

Si algo tengo claro es que Lewis no va a cambiar, que así lo aten a un cepo seguirá siendo tan voraz como lo era cuando se dejó los dientes luchando con ventaja desde el interior de esa malasangre que era la McLaren de Dennis. Desde aquello ha mejorado, es indudable, se ha aquilatado ganando densidad y peligro, y como admitía no hace tanto, no muestro ningún rubor en decir que es rematadamente bueno y que no se merece la F1 que le está tocando vivir. Otra cosa es que no le había visto en una coyuntura como la que le envuelve en estos momentos, y que ello me lleve a valorarlo aún más si cabe, y me explico.

viernes, 27 de julio de 2012

El señor de la noche


No hace falta que Fernando se vista de Batman para que su capa se despliegue desde mañana en calificación hasta el domingo al finalizar la carrera… El factor sicológico es uno de los más complicados de gestionar en F1, y por suerte para los seguidores del Nano, el de Asturias lo domina desde el pasado fin de semana.

34 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor es un saldo bastante interesante, no tanto por lo que supone en valor numérico (apenas una carrera y un tercio largo), sino porque ha sido conseguido en un territorio aparentemente inadecuado para el F2012, cuestión que suma algunos enteros al asunto. Así las cosas, el golpe de mano que dio el ovetense en Valencia dio inicio a una sinergia tremendamente positiva que se rubricó en Hockenheim, y en la que obviamente no podemos dejar de lado el segundo puesto labrado a base de calculadora en Silverstone, lo que nos pone en que nuestro bicampeón se enfrenta a un futuro bastante halagüeño que seguro que no va a desperdiciar.

jueves, 26 de julio de 2012

Arrogatio non petita, accusatio manifesta


Red Bull, integrante de El Circo que se ha beneficiado en temporadas pasadas de la permisividad federativa para poder interpretar a Houdini con el reglamento, anda ahora a la greña con los que considera falsacas compañeros de viaje, total, por la minucia ésa de que no la dejan ponerse el mundo por montera una vez más.

En un mundo de trileros como es nuestro deporte, en el que ejercer de tal no está mal visto, siempre y cuando el mayor de todos no te señale con el dedo y los que le rodean te digan que estás haciendo trampas —momento crucial como pocos, que llega tarde o temprano y ante el cual conviene poner cara de póquer—, la austriaca está demostrando una vez más que la F1 le viene grande, que está acostumbrada a enlatar bebidas energéticas, que no sabe lidiar en territorio de tiburones, que no es una escudería como el Altísimo manda, vamos.

lunes, 23 de julio de 2012

As if to nothing [Hockenheim]


Llevo tiempo mostrándome algo reventón y errático, lo sé. Fue ver ganar a Fernando en Valencia y sentir que las campanas comenzaban a tañir por mí, que mi tiempo aquí estaba tocando a su fin ahora que este blog está a punto de cumplir sus cinco años de vida, de manera que  tengo que buscar fuerzas donde no las tengo para ponerme a escribir cuando antes todo resultaba tan fácil, y total porque los adalides de la gomina y los caminos fáciles nos lo han puesto tan difícil, que en vez de casco de kevlar sobre la cabeza, toca ponerse las viejas orejeras de cuero y tirar para adelante sin hacer caso a nada más, como los soviéticos en la defensa de Stalingrado, cuando corrían bajo el zumbido de las balas nazis sabiendo que detrás les esperaban las de los amigos que no admitían rendiciones ni vueltas atrás.

Pero esto va de F1 y no voy a perder la oportunidad de ciscarme en el mundo que nos rodea, porque yer tarde, en un Hochenheim al servicio de las cámaras, capado en su bosque y en su épica, estaba cantado que el DRS iba a servir de poco, que las Pirelli iban a queda en nada, porque todo quisque ha empezado a comprender que están al servicio de un espectáculo huero y estúpido que hace tiempo que ha vuelto la espalda a sus raíces, y que por tanto navega hacia la nada más absoluta. En la que estaba cantado, además, que los viejos modelos iban a naufragar frente a la única idea fresca que nos ha dado este año…

viernes, 20 de julio de 2012

Piojos resucitados


¿Dónde están el glamour y los V.I.P. cuando hacen falta? Me lo pregunto a menudo, sobre todo cuando en épocas de sequía la F1 cae a peso porque no hay Dios que la sostenga, sea dicho con todos mis respetos, como ésta que estamos sufriendo, que entre primas de riesgo, eurocopas pasadas y juegos olímpicos que se inauguran en nada, la cosa de escribir sobre nuestro amado deporte pasa por aceptar que te leerán la luna y los cuatro gatos que la rondan.

¿Dónde andan los que afirman que la auténtica F1 no se celebra en el asfalto, sino en los pasillos y despachos del paddock, aunque babean con lo hermoso que resulta el negocio cuando las masas enardecidas desbordan las vallas del circuito para jalear a sus pilotos y bólidos, en santuarios como Monza? ¿Dónde se ocultan ahora que se les necesita?

miércoles, 18 de julio de 2012

La forja


El año pasado por estas fechas habría dado mi reino y lo que no tengo, por ver a Sebastian Vettel sudando la camiseta sobre el asfalto y no yendo sobre patines en una San Silvestre de fin de año. Éste me conformo con verlo serio.

El RB7 era demasiado coche incluso para el alemán. Bien equilibrado, afinado hasta niveles indescriptibles, el misil azul de los de las bebidas energéticas le habría dado el título incluso a un párvulo. Resultaba sumamente sencillo de conducir y por ello se hizo necesario adornarlo con una aureloa de esfuerzo humano que cansó a los más pacientes rebaños de ovejas, hasta el punto de que era ver al de Heppenheim enfilando la victoria desde los primeros metros de una prueba cualquiera, y las cámaras se ponían a recitarnos versos sobre lo que ocurría en la lucha por los segundos y terceros puestos con tal de mantener al respetable pegado al televisor.

martes, 17 de julio de 2012

La bella y la bestia


Nos acercamos a la décima prueba de este mundial planteado a 20 carreras, y lo hacemos volviendo a Hockenheim, un circuito de los setenta del siglo pasado que ha pasado (valga la redundancia) por el taller de chapa y pintura que con la excusa del espectáculo y la seguridad, va desterrando nuestros viejos dinosaurios de la memoria esa que compartimos, para ser sustituidos por silenciosos agujeros negros.

Tranquilos, hoy no pretendo meterme con las tijeras ni con las manos que las manejan para cortarnos el pelo a la taza, en aras de que seamos iguales, simétricos, cívicos y limpios aunque no queramos, políticamente correctos, que diría aquél, y el otro, y el de más allá, en definitiva, cualquiera de los que tuvimos la fortuna de sentir la libertad cuando éramos chiquillos y la reconocemos todavía. No, hoy se trata de reflexionar sobre los bosques y lo que representan cuando los atraviesa una carretera. Mejor aún, cuando lo que les abre las entrañas es la pista de un trazado y por ella pueden insinuarse monoplazas o bólidos nacidos para volar sobre el asfalto.

sábado, 14 de julio de 2012

¡Puedes hacerlo, Mark!


Si no me fallan las cuentas, esta entrada se la lleva enterita el mismo tipo engominado que dijo que los emprendedores viviríamos mejor cuando llegaran al poder los que como él, estaban mejor preparados que los tontos de antes, y sabían por tanto cuál era el camino de salida de este embrollo que montaron tipos tan engominados y preparados como los recién llegados y el listo a quien estoy aludiendo, a quien Dios confunda, quienes sea dicho de paso, se lo han llevado crudo mientras corremos con los gastos de su orgía, los que pisamos la tablazón oscura por la sangre inútil de esta galera nuestra que navega sin gobierno en mitad de las nieblas del anochecer, y rodeada por la armada turca.

Por fortuna la mar está hoy tranquila y la proa prende con su espolón los huevos del único horizonte posible, sin querer soltarlo porque somos un pueblo difícil que ha vivido por encima de sus posibilidades, fundamentalmente tolerando a tanto idiota como nos ha salido al paso para decir que conocía la ruta adecuada. Los remos roncan abajo, en las maromas que los sujetan a las chumaceras, y arriba nos apretamos oliendo el aire por si percibimos acaso esas diferencias que dice la capitanía que nos hacen tan diferentes. Y así estaremos, gélidos, quietos como figuras de cera hasta que se nos pase el miedo que nos atenaza y entendamos que el hombro que nos cubre a diestra o siniestra, o la espalda que nos protege desde detrás, lo mismo dará que sea roja encarnada o amarilla, o azul, o violeta, con tal de que quiebre al enemigo que quiere hacernos daño y tenga redaños suficientes como para acercarse e intentarlo. 

San Felipe y diéresis


Massa, el pasado domingo destacaba sobre sí mismo consiguiendo una meritoria cuarta plaza, detrás de Sebastian Vettel. 

El brasileño es un piloto de La Scuderia y a nadie debería sorprender que obtuviera un cuarto, un quinto, o dos terceros puestos si fuese capaz de desdoblarse. Tampoco que quedara segundo, o primero, o sabiendo cómo suele ir la de Maranello, que no pasara del nono o del décimo... Pero el domingo y como decía, la hazaña de Felipe adquiría ribetes de gesta porque suponía la victoria de su cara iluminada sobre su propia sombra, sin que en la escaramuza quedara sitio para su equipo, entre otras cosas, porque hace tiempo que esa negrura mediática que lo envuelve de día y de noche, sólo usa el nombre de Ferrari como excusa para seguir repartiendo sobre el paulista toneladas de mala baba.

viernes, 13 de julio de 2012

Yo tuve tres maridos [Silverstone]


Esta debe ser, y de lejos, la crónica sobre una carrera que más tarde realizo. Fue dejarlo el domingo para un momento más reposado y no haberlo encontrado hasta hoy, y mira que quise ponerme a ello ayer por la tarde, pero confieso que no hubo manera. Total, que ya saben ustedes la película de sobra, y conocen la mayoría de sus ingredientes, y no sé si a estas alturas les servirá de algo que diga que me aburrí el pasado domingo a pesar de que la realización televisiva del G.P. de Gran Bretaña es la mejor del calendario —de no haber sido por las tomas altas con cámara móvil, de las bajas a pie de hierba, de la abundancia de planos cortos, largos y de todas las maneras y profundidades de campo, posiblemente me habría aburrido aún más—. 

Pero bueno, toca hacer el pertinente resumen antes de que se me evapore la semana y me ha venido a la cabeza la canción de Massiel que comenzaba con aquello de «Yo tuve tres maridos, y a los tres envenené...», porque la F1, insaciable hasta decir basta, nos obligaba a despertar y a que nos frotásemos los ojos hasta olvidar el episodio que disfrutamos en Valencia, recordándonos quién manda en todo esto.

jueves, 12 de julio de 2012

Huída hacia adelante


El pasado G.P. de Gran Bretaña nos ha permitido observar cómo el F2012 de Ferrari o el RB8 de red Bull siguen sobreviviendo en los océanos de la evolución técnicaámbito espinoso y de difícil definición, en el cual, los vehículos deben saber desenvolverse a la perfección si quiere prosperar más allá de destacar en una o dos carrreras—, proponiéndose en la actualidad como las dos apuestas más firmes para luchar por el campeonato, toda vez que el MP4/27 de McLaren parece estar sufriendo lo suyo para encontrar algo de luz al final del túnel que atraviesa desde el G.P. de España, el W03 de Mercedes AMG sigue pareciendo el Guadiana y el E20 de Lotus sigue sin concretar.

A comienzos de temporada parecía complicado entrever las posibilidades que está mostrando ahora mismo la máquina de Maranello, pero tras nueve carreras resulta indiscutible que aunque en apariencia no comenzó con buen pie, en realidad lo hizo con el adecuado: dotado de un amplio espacio donde crecer. Curiosamente, el vehículo de Milton Keynes, un cacharro que aunque nominalmente parecía disponer de un diseño expirado o a punto de hacerlo, ha dado muestras de ser capaz de sobreponerse a los achaques creando precisamente, un espacio propio para seguir evolucionando…

domingo, 8 de julio de 2012

Entre pan y pan [Embudo II]


Siguiendo con lo que decía el otro día, y una vez establecidos los cimientos para el edificio que quiero levantar, vamos a seguir avanzando por los procelosos mares de la creatividad aplicada.

Comentábamos que la aerodinámica interna de un vehículo se las trae con abalorios, y que un tipo como Newey, que no da puntada sin hilo, ha organizado las entrañas del RB8 al menos con el mismo cuidado con que lo viste. Dicho esto, y volviendo a las imágenes de anteayer, una vez sospechamos por dónde salen los caudales de aire y calor, tanto superiores como medios, conviene recalcar que queda una zona que parece ha sido tocada poco o muy poco desde que iniciamos la temporada.

sábado, 7 de julio de 2012

Pasados por agua


El agua es uno de los ingredientes que más espectáculo ofrece en una carrera, pero como aparezca cuando no conviene, se convierte en un enemigo temible, pues se lleva por delante cualquier posibilidad de probar nada, como sucedió ayer, durante los primeros entrenamientos en Silverstone, y si Dios no lo remedia, como volverá a ocurrir hoy en la segunda jornada de los mismos.

El asunto tiene su origen en la serie de restricciones que acometió en 2008 la FIA con la aquiescencia de los equipos, en aras de arañar unos dólares a los abultados presupuestos anuales que manejaba la tropa y que sin querer o queriendo, siguen campando desbocados por sus fueros.

viernes, 6 de julio de 2012

Descartando versos [Embudo I]


Si lo que vemos en el exterior de un monoplaza suele dejarnos boquiabertos, lo que que oculta su piel podría llegar a desencajar nuestras mandíbulas, porque la aerodinámica que reina afuera impone su ley también bajo la carrocería, incluso con mayor incidencia de la que cabría pensar.

Entre dibujo y dibujo, uno tiene mucho tiempo para pensar, y aunque los pensamientos salen a borbotones, lo complicado es justificarlos, de manera que a ratos, a ratitos más bien, se va armando la teoría propia a base de cotejar fotos y certificar o desechar lo que se intuye. Una vez pasado el filtro, cuando todas o casi todas las piezas encajan, más o menos, conviene pasarlas a limpio y presentarlas para que los compañeros y amigos, incluso los enemigos, pongan su granito de arena a la hora de intentar comprender lo que la F1 nos niega.

jueves, 5 de julio de 2012

¡Detened al Halcón Milenario!


El miedo que se le tiene a Red Bull me parece desmedido, aunque como es libre, tal cual decía aquél, lo mejor sería respetar la cautelas, ponerse el chaleco antibales y el casco de kevlar, por si acaso, aunque confieso que el cuerpo me pide hacer todo lo contrario, al menos hasta que dispongamos de mejores datos que los que obran en nuestro poder.

¿Razones? Bueno, pues la primera está en que el RB8 de Vettel no terminó la carrera en Valencia, y el de Webber, a pesar de despertar de su letargo cuando su compañero estaba fuera de combate, como si alguien desde el wall hubiera gritado aquello de «¡Trata de arrancarlo Mark, trata de arrancarlo…¡ ¡Trata de arrancarlo, por God!», tampoco es que destacara tanto, pues llegó cuarto en una prueba en la que hicieron mutis por el foro desde Sebastian hasta el tato (¡ey, que Fernando sólo se benefició de la rotura del alemán!).

miércoles, 4 de julio de 2012

Jugando a estar vivos


En días como hoy, en los que se hace rematadamente complicado escribrir sin recalar en María de Villota, en Marussia, en la estupidez de la FIA o en la de todos nosotros, acostumbro a dejarme llevar apoyándome en una foto, sin saber muy bien ni dónde dará comienzo ni dónde acabará la entrada, ni siquiera si seré capaz de no cagarme en todo a mitad de texto, para que mañana me arrepienta.

Buscando por ahí he dado con Mansell navegando en el agua, sobre un circuito que ni reconozco ni quiero reconocer (total, para qué), y me he dicho mientras me servía un vaso de whisky y cargaba de nuevo mi pipa, que tal vez hoy me serviría Nigel volando bajo la lluvia para armar unas líneas que ayuden a liberar la mala entraña que llevo puesta tras leer por enésima vez que María no estaba capacitada para subirse a un F1.

¡Hay que alimentar a la fiera!


¡Hay que alimentar a la fiera! Los circos no serían nada si no venciera la apariencia sobre la verdad más sincera, de manera que la sirena nunca será una sirena y el hombre elefante siempre será un tipo enfermo, lo mismo que la mujer serpiente y la mujer barbuda.

El gigante tampoco es tan grande, como el caballo blanco no es blanco porque por dentro es negro zahíno, o como el enano que levanta risas a su paso, pero que llegada la noche lee a Shakespeare y regala algunos versos a la luna. Ni siquiera los payasos se libran de la quema que pone a todo el mundo en su sitio cuando acaba la función, porque es sabido que en el fondo son tíos la mar tristes que no dudan llegado el caso, en suicidarse. De idéntica forma, la fiera jamás está en el interior de la jaula donde el león o el tigre aparentan dejarse domar por el domador, respondiendo a su látigo con rugidos hambrientos mientras hacen la digestión a la hora de la siesta, sino rodeando la arena o el serrín donde prende su magia el espectáculo.

martes, 3 de julio de 2012

Simplemente María


El accidente sufrido esta mañana por la piloto de pruebas de Marussia, María de Villota, ha convulsionado Internet, los medios, y si nos ponemos, a la madre que parió a Peneque, porque tras saltar las inevitables y comprensibles alarmas, inmediatamente se ha puesto de relieve lo fina que resulta la piel de quienes sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, han clamado al cielo para recordar que María, simplemente María, no tiene la superlicencia que otorga la FIA a los elegidos para la gloria, y claro está, con tamaña carencia, era de todo punto comprensible que pasara lo que ha pasado.

Lo gracioso del asunto (se puede hablar en estos términos ahora que sabemos que María por fortuna se repone positivamente de su accidente), estriba en que muchos de los que han aprovechado para zarandearla de nuevo en nuestro siempre agradecido país, van por la vida como periodistas sin que nadie les reclame título, curriculum u honores, para que sea creíble o admisible que ejerzan como tales.

Tecnología de F1


Creo que alguna vez yo os he hablado de él, del padre de un amigo que ejerció de hombre bueno a lo largo y ancho del mundo, y que tuvo a bien compartir conmigo su honda sabiduría en infinidad de ocasiones. Antonio falleció el año pasado, lo que corrobora lo que insinuaba antes, ya que una de sus mejores frases aludía a que uno comienza a saberse viejo cuando recuerda los años, precisamente por los amigos y la gente que se ha llevado cada uno.

Tenía otras, como aquella que te advertía de que comenzaras a hacerte análisis cuando notases que los taxistas empezaban a ser más jóvenes que tú, o aquella más que te recomendaba palparte la ropa cuando las cosas que para ti tenían algún sentido, necesitaban de traducción o explicación para que las comprendieran tus interlocutores...

lunes, 2 de julio de 2012

Mira, mamá: sin manos


Williams es uno de esos magníficos ejemplos que me hacen pensar en que lo que ocurre dentro de la F1 es aplicable con puntos, comas y comas y puntos, y acaso con algún que otro punto y seguido suelto, a eso que llamamos realidad, porque después de sacar a subasta los habitáculos de sus vehículos para tener dinero suficiente como para disponer de un buen monoplaza, ahora que lo tiene, de lo que carece es precisamente de pilotos que sepan estar a su altura.

El FW34 ha salido bueno y a fe mía que no lo imaginaba. La operación de limpieza de casa que originó la salida de Sam Michael la temporada pasada, no me dio buena espina. La llegada de Coughlan y la jubilación de Head tampoco ayudaron a resolver mis cautelas, lo mismo que la patada en el culo que dio la de Grove a Rubens Barrichello, a finales de la sesión 2011.

6, el número imperfecto


Escribiendo el otro día sobre el Lotus 25, recordé que bastantes años después de su estreno, tras la aparición del Tyrrell P34, algunas escuderías se enfrascaron en buscar diseños que aplicaran la piedra filosofal que había descubierto Derek Gardner en su coche, tratando de optimizar el uso de ruedas pequeñas, en diferentes posiciones, para ofrecer menor resistencia al avance y bajar de paso el centro de gravedad de los mismos.

Si el camino mostrado con la utilización de neumáticos de volumen muy reducido (10") en el tren anterior, quedaba definitivamente cegado a los equipos por la retirada de Goodyear del proyecto que iniciara mancomunadamente con Tyrrell a finales de 1975, no ocurría lo mismo con la posibilidad de sustituir las voluminosas y tradicionales ruedas traseras de la época con diferentes soluciones en las que intervendrían las delanteras, cuyo suministro además, estaba asegurado.

Verde, que te quiero verde


Mucho antes de que Fernandes vistiera a sus Lotus malayos de green racing con vitola amarilla, para terminar llamándolos Caterham, la tradición automovilística bebía de fuentes bastante sobrias a la hora de elegir la indumentaria de sus vehículos. No afirmaría tajantemente que los padres de este deporte no le dieran al cognac francés o al whisky escocés cuando decidieron no andarse por las ramas con los aspectos exteriores de sus coches, ya que la cosa a la postre, resultó tremendamente sencilla: por naciones, como se decía por aquel entonces, y un color para cada una.

Pasó el tiempo y la cosa cuajó como referencia visual indispensable, y al amparo de estas normas de estilo que estaban vigentes en todo tipo de carreras, se estrenaba el Mundial de F1 a mediados de mayo de 1950. Aquí cabe decir que antes de la II Guerra Mundial eran pocos los países que disponían de industria suficiente como para presentar sus bólidos en un Grand Prix, en las 24 Heures du Mans, o en otro tipo de pruebas, así que con cuatro o cinco valores cromáticos sobre la pista, el público ya sabía a qué atenerse sin complicarse la vida. Vamos, que no hacía puñetera falta liarse la manta a la cabeza con el Live Timing y el Twitter para saber que si ganaba un monoplaza azul, era francés por definición, y que si el vencedor destacaba en rojo sobre el asfalto, seguro que era italiano.

domingo, 1 de julio de 2012

El hijo pródigo


El mundo parece no tener intención de querer cambiar su rutina. Saturno sigue devorando a sus hijos mientras les declara culpables de lo que aconteció, de lo que pasa y de lo que sucederá, condenándolos así a la tristeza más profunda. Entretanto y por fortuna, sigue habiendo lugar para los milagros. Así, el jersey de rombos que lucía Fernando cuando la política, aquélla, ésta y la otra, toda ella, lo convirtió en rehén de su megalomanía en Cheste, como podía haber sido en otro sitio, se volvía jirón de bruma el pasado domingo, cuando el Nano paseaba su orgullo tras haber obtenido la victoria en la soleada Valencia.

Ayer concluía junio tras haber cumplido el rito anual del solsticio de verano, y nos deja esa imagen que llena la retina de los aficionados y les hace olvidar que desde el veintiuno, los días son más y más cortos, y las noches más y más largas. El mundo sigue erre que erre. Ni quiere, ni sospecho, sabe cambiar el paso, aunque a cambio nos presta algunas miguitas de pan que nos mostrarán el camino al hogar en cuanto nos demos la vuelta. Fernando ya las divisa, volvió para pagar aquí sus impuestos, y volvía de nuevo hace tan sólo unos días para sentirse otra vez uno de los nuestros.