sábado, 14 de julio de 2012

San Felipe y diéresis


Massa, el pasado domingo destacaba sobre sí mismo consiguiendo una meritoria cuarta plaza, detrás de Sebastian Vettel. 

El brasileño es un piloto de La Scuderia y a nadie debería sorprender que obtuviera un cuarto, un quinto, o dos terceros puestos si fuese capaz de desdoblarse. Tampoco que quedara segundo, o primero, o sabiendo cómo suele ir la de Maranello, que no pasara del nono o del décimo... Pero el domingo y como decía, la hazaña de Felipe adquiría ribetes de gesta porque suponía la victoria de su cara iluminada sobre su propia sombra, sin que en la escaramuza quedara sitio para su equipo, entre otras cosas, porque hace tiempo que esa negrura mediática que lo envuelve de día y de noche, sólo usa el nombre de Ferrari como excusa para seguir repartiendo sobre el paulista toneladas de mala baba.

La verdad es que el fin de semana británico no empezó bien para Massa, para qué vamos a negar la cosas si todos tuvimos oportunidad de verlo. Algunos trompos bajo la ruidosa y abundante lluvia, bastaron para que los chistes sobre su persona afloraran de nuevo, olvidando que este año los pisos de los vehículos van más separados del suelo que en temporadas anteriores, y que en condiciones de mojado aún se alejan más del asfalto, lo que origina que en términos generales se pueda afirmar que con lluvia se ven más las manos de los conductores que en seco.

Pasando por alto que los entrenamientos son entrenamientos para todo el mundo, incluso para Massa, y que valen lo que valen, la reválida tocaba en sábado, durante la calificación, y aquí que Felipe se puso bastante serio clavando el quinto mejor crono.

Como suele ser costumbre por estos lares, el asunto quedaba en sorpresa pero menos, a la espera de que la carrera nos ofreciera de nuevo la cara más triste del brasileño, cosa que por fortuna no sucedió, pues Felipe, mi Felipe, arrancaba robándole la cartera a Vettel y sometía en pista a Michael Shumacher con una maniobra de adelantamiento que si no puede ser considerada rossa, poco le falta.

Y me diréis que por qué hay que fijarse tanto en Massa. Y os contestaré que si no es en estas pequeñas cosas en qué demonios nos fijamos, porque en líneas generales la carrera fue un truñete, como contaba ayer, y como a uno le siguen tirando los deshauciados del sistema, como que Felipe me parece resaltable siempre y cuando haga cosas resaltables, porque es de casa, porque milita en Ferrari, y porque aunque nadie haya tenido narices de destacarlo como merece, para cubrir los inevitables huecos siento que estoy yo.

Os leo.

1 comentario:

GRING dijo...

Ya conoces mi especial "cariño" al desempeño de Felipe. Pues bien, este Massa, esta disposición a la lucha cuerpo a cuerpo y el enfrentarse directamente sin complejos ni tapujos a las condiciones climatológicas adversas, es lo que los rossos esperamos de un piloto de la Scuderia, todos los días, todas las carreras. Si su tratamiento psicológico ha logrado por fin un cambio definitivo lo sabremos en los próximos GP´s. Pero en Silverstone Felipe Massa ha sido lo que se espera de él. Y es justo reconocerlo por un detractor visceral (de su desempeño en pista, ojo).Saludos