miércoles, 31 de diciembre de 2025

Naya saal mubarak!


Dicen que todos llevamos dentro un Jean Valjean que busca ciegamente al implacable Javert para ajustar cuentas con él, aunque, sólo tal vez, esta noche no sea el momento indicado para hablar del protagonista de Les Misérables y sí lo sea para dejarse mecer en los brazos de todo lo bueno que nos ha brindado 2025, aunque no haya sido un año especialmente generoso conmigo.

Tengo familia sij, del Punyab indio, y me he permitido señalar esta entrada con el saludo al año nuevo que hacen a orillas del Ganges para que don Arturo no sea capaz de de poner un pero ni cambiarme una coma. 

Allí ya es 2026. Ana y Shivaan son los primeros que han cruzado la línea de meta, adelantando a la familia filipina de Ryan, que celebrará aquí la Nochevieja con el hueco dejado en la mesa por aita Rudy. Los de Amberes van con nosotros —cosas del horario de la vieja Europa Continental—, junto a los de la península y Dublín, estos últimos en Alicante desde esta mañana. Luego le toca a Armintza y Gorliz, y, charco mediante, Buenos Aires y Mar del Plata, para que, algo después, la tribu de Alabama tome las uvas...

Ariel me ha desaconsejado ponerme en vena Tanguera o deleitarme con las obra de Nine antes de las once de la mañana, bajo ningún concepto, y seguramente le haré caso porque a pesar de sus altisonancias y desafueros siempre lleva algo de razón, pero a lo que vamos: entenderéis que con esta circunvalación familiar al globo me resulte complicado aceptar las tesis del terraplanismo o ponerme a cambiar con la edad que tengo. Además, puedo ser aitite (abuelo) este año que abrimos en un rato, y eso no me lo pierdo aunque haya que esperar a 2027 o cuando toque...

En fin, el árbol de Navidad va perdiendo sus bolas en casa como las hayas de Urkiola se despojaron de sus hojas este otoño pasado. El mundo es muy chiquitito y podemos abrazar sus cosas con un sólo movimiento, únicamente es cuestión de valorar correctamente el factor oportunidad, y a ello os animo antes de poner la mesa de Nochevieja, que ya me va tocando y voy en solitario. Je m'appelle Valjean!, pero bien puedo seguir buscando a Javert después de Reyes.

Os quiero. Naya saal mubarak!, y, ¡coñe ya!: nunca seremos más jóvenes que ahora.

No hay comentarios: