7 de diciembre de 2025. Completamos el primer giro al Astro Rey sin tenerte cerca...
Este ciclo ha sido raro, muy raro, Jero. La vida es rara de por sí pero no imaginaba que pudiese llegar a serlo tanto. A pesar de haberse ido a verte el 22 de agosto pasado no he deshecho aún la habitación de Amama ni he recogido sus cosas, lo que viene de perlas a Hilargi, nuestra anciana gatita blanca.
Zarevna no era muy dada a visitar el cuarto donde mi madre ha pasado sus últimos años, pero ahora te la encuentras en los momentos más inesperados al pie de la puerta, en el pasillo, mirando fijamente el picaporte, y la permito entrar, y a veces la sigo y me siento en el suelo de madera con la espalda apoyada en el armario, sabiendo que ella no tardará nada en hacerse un ovillo entre mis piernas para que la acaricie mientras cierro los ojos y juntos olemos el pasado y el presente de nuestras pequeñas existencias, y reconstruimos los recuerdos compartidos como si formaran parte de un puzzle, recordando que fuimos capaces de soñar.
A pesar del tiempo que ha transcurrido, contigo me sucede lo mismo, Pitufo. Desde aquel amargo sábado de hace doce meses no ha pasado un día sin que no haya mirado el picaporte del altillo donde habitaban nuestros secretos, sabiendo siempre que tú me vas a dejar pasar...
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